No, si al final le tenemos que estar agradecidos a elPuigidemón –el hijo del pastelero-,
que nos abre un paréntesis para dialogar, que veamos su buena fe. Nos declara
la República catalana, sí, pero no.
¡Vaya rostro el del tío! Lo que decía no se lo creía ni su vicepresidente, el
republicano Junqueras, que lo tenía
de frente; pero, claro había que confraternizar. Pero, los que ni se lo
creyeron, ni se lo admitieron, ni le aplaudieron fueron sus socios, hasta
ahora, los guarrillos de las CUP.
¡Ya veremos su reacción! Ha decepcionado a los suyos propios. Quiere dialogar con España.
Y, miren si tiene cara el tío que justifica la
declaración de la República –a lo esloveno- en el mandato del pueblo que emana
de las urnas, es decir de los resultados del referéndum del Unoacero, declarado ilegal por el Constitucional y cuyos resultados no
fueron reconocidos ni por los observadores que él mismo contrató y pagó, ni,
por supuesto, por la comunidad internacional. Ni un solo país; ni tan siquiera
el ídolo de los podemitas de elPabloManué,
Nicolás Maduro les ha sado la
enhorabuena.
Después de insultar y menospreciar a España, a sus políticos y a las Fuerzas del Orden y Seguridad del Estado y al Rey, elPuigidemón, que ya se considera un presidente republicano –sin
haber sido votado por el Parlamento-, salvavidas y dador de títulos de
demócratas, no tuvo güevos para ser investido presidente de la República
catalana; eso sí, en deferencia a los hispano parlantes –los que seguramente le
damos pena- dijo que los fuera de la Ley
no son golpistas, ni delincuentes, ni locos ni abducidos. O sea, que se retrató.
Es un ángel bajado del cielo, y suerte tenemos porque haya aterrizado en esta
tierra, como pudo caer sobre otra, donde también habría traído la discordia. Si
Buñuel levantara la cabeza ya tenía
escrito el guion.
Bueno, ahora a esperar acciones y reacciones a no se
sabe qué. Entre tanto, no hay que olvidar que el Parlamento español se reunió pocas horas antes que el catalán y que
el podemita elPabloManué le plantaba una trampa al pesoísta elPedroQué, con lo que pretendía, a la
vez, salvar a los que como él son unos verdaderos golpistas. Quería que el Congreso aprobara una moción para que se impidiera aplicar el 155. Los
socialistas –menos mal, y que sirva de precedente- poco menos que lo mandaron a
tomar viento fresco del sur.
Son muy antipatriotas estos podemitas –que cada vez
son menos en número- y muy vengativos. Tras la pitada que recibió elPabloManué
el domingo en Barcelona, estaba el
hombre que no granaba. Al día siguiente echó a su lacayo a piarla. El de Organización podemita, Echenique, acompañado de una elementa,
atribuía la convocatoria de la manifestación delMillón en Barcelona a los de la Falange. Es muy vomitivo todo lo que dijo y de muy mala entraña. No
saben perder; tampoco han ganado. Por cierto, sobre ese particular, como se
dice, la Guardia Urbana de Barcelona tenía como
participantes una cifra que superaba el millón de personas, es decir más que
las que consideraba la propia organización, pero sólo le permitieron que diera
la de trescientas cincuenta mil.
A la Guardia Urbana, como a “lostraperos”, ya no los
cree nadie, no son de fiar. Bueno, sólo hay una persona que los cree, es el
delegado del Gobierno en la Ciudad Condal, señor Millo, el
que pidió escusas en TV3 –la tele
golpista- por las intervenciones de la Guardia
Civil y la Policía Nacional el
UnoaCero. Afirmaba este delegado, o lo que sea, que nada de mal rollo con
losTraperos, que se llevan chupi. Muy mal, señor Millo, muy mal. Debe dimitir
y, por lo menos, no mentir.
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