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martes, 3 de octubre de 2017

Contundencia y firmeza: estamos en España

El Rey habló. Felipe VI se lo ha dicho claro y alto a elPuigidemón -a todo el Gobierno de la Generalidad catalana y, por extensión, a todos aquellos gobiernos autonómicos que puedan caer en la tentación, como, por ejemplo, el PNV- que es un "desleal", pero con una deslealtad inadmisible. Oigan.
Le ha pedido a elPuigidemón -el hijo del pastelero-, y con él a todos los golpistas, que reculen, que se están pasando y están fracturando a la sociedad catalana. Y eso es muy grave. Pero, si no, cuídense, porque el Estado tiene  sus elementos de defensa para hacer que se cumpla la Constitución.
Entre esos elementos, no lo dijo pero lo dejó dicho, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado -ojo, ElPedroQué, que ha metido la pata hasta el corvejón-, unos tribunales de Justicia -que, aunque lentos, una vez engrasan la maquinaria llegan hasta el final- y un Gobierno, que ha sido el que ha dado el visto bueno a este discurso, y unas Cortes donde se dialoga.
Su Majestad, sereno y con firmeza, se ha dirigido en perfecto español a todos los españoles en general y a los catalanes, en particular: no preocuparse que todo esto se va a reconducir, mejor por la buenas que por las malas, y que sepan los catalanes todos que se va a terminar la ignominia y que los que allí están oprimidos sepan también que no están solos y, a partir de ahora, menos todavía, que nos acordamos mucho de ellos. Así que, a partir de ya, "serenidad, entendimiento y concordia".
Aunque ya están surgiendo las moscas cojoneras. Inevitable. Tienen la gran suerte de vivir en un país democrático, donde se pueden expresar con libertad. Si estuvieran en Venezuela, genuflexión ante el dictador Maduro. Esto es España y nosotros somos españoles, españoles, españoles.
Y como en la noche del 23F, después del discurso de Juan Carlos I, todos al cosque, que mañana volverá a amanecer y hay que trabajar.


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