Que sepa el Señor
Rey que en estas estamos y que
cuando no es elPuigidemón –el hijo
del pastelero- lo es elPresiRajoy –el del Gobierno de España- quienes le están
moviendo la silla. Que lo sepa. Lo de elPuigidemón es lo normal, lo de la
deslealtad inadmisible; no es tan normal la indecente traición que, por vez
segunda, nos viene haciendo el Gobierno de España, a parte del ridículo
internacional. Que sepa el señor Rey que no hay dos sin tres. Ahora entendemos
que Su Majestad se la jugó, a lo que
se desprende ahora, él sólo, sí, con un par.
Rajoy, también
a lo que se va despendiendo ahora, lo único que hizo fue darle carrete al Rey,
a los suyos y a todos los demás. Ya tenía previstos todos los supuestos, pero
los que le atañeran a él. Porque dijo que no iba a haber el referéndum ilegal
del UnoaCero y lo hubo, aunque fuera
una mamarrachada, y todo lo que trasciende a partir de ahí, prolijo de repetir.
Aunque no conviene olvidar, por su importancia y trascendencia, el ofrecimiento
que le hizo al golpista de ir al Congreso
de los Diputados para exponer sus ideas. Y eso cuando ya había perpetrado
el catalán el Golpe de Estado. ¡Un golpista
en el Congreso! La primera gran traición. ¡Señor,
señor Rey!
Sin rubor alguno, elPresiRajoy ha vuelto a perpetrar otra
deslealtad, otra traición. Después de pedir, de suplicar al golpista que se
porte bien, ha terminado ofreciéndole no aplicar el 155 si convoca unas
elecciones en Cataluña. ¡Señor,
señor Rey! Puede que convocar unas elecciones por parte de quien está fuera de
la Ley hasta sea legal. Pero, carece
de toda lógica, tanto la convocatoria como la petición “rajoniana”. Si es para
que todo siga igual, para este camino nos habíamos ahorrado estas alforjas.
Señor Rey, que el personal está cansado de tanta
gilipollez. Que el personal sabe lo que quiere. Más de un millón de personas –más-
lo expresaron manifestándose en Barcelona.
Pero, como el que tiene tos y se rasca la barriga. Ahora llega elPresiRajoy le
ofrece diálogo al golpista, al que de manera ridícula le pregunta si ha
delinquido y le da unos días más para que se lo piense. Volverá a dejarlo en ridículo,
en España y en Europa. Y nosotros, Señor, señor Rey, escocidos, como si nos
hubieran dado por el serete.
Si es que, y es lo peor, todos estos que apoyan a los
golpistas se le están subiendo a elRajoy a la presidenta del Congreso a las
mismísimas barbas y a la pelusa. Como mismísimos fariseos, los malvados
podemitas de elPabloManué, aliados
con los golpistas –los de elPeCaDete
de elPuigidemón- los independentistas vascos, los del PNV de Urcuyu, y los
terroristas de Bildu- osan profanar
el templo del Congreso pidiendo libertad para los “presos políticos”. Ana Pastor no tuvo los redaños
suficientes –eso ya lo ha demostrado en varias ocasiones- para expulsarlos del Hemiciclo; tampoco los tuvo en su
momento, su compañero de partido, Jesús
Posado, cuando un parlamentario de Bildu rompió en la tribuna de oradores
un ejemplar de la Constitución; el
etarra se fue de rositas, más florido que un rosal.
Parece como que el gallego anda “acojonao”, porque los
catalibanes están enfadados por el encierro de losYordis –también conocidos por lasFolclóricas o losCamorristas-
y que, en realidad no son otra cosa que losMamporreros
del hijo del pastelero. Por cierto, que seguimos preguntándonos cómo es que el traidor
Trapero continúa al mando de una
fuerza de diecisiete mil personas –armadas hasta donde sabemos- y cómo es que a la vez que se le retiró el
pasaporte no se hizo lo mismo con su arma reglamentaria. Como esperemos a que
dimita, vamos de culo.
Igualmente hay que preguntarse por qué laPepé se abstuvo en la propuesta que
presentaron los Ciudadanos para
investigar el adoctrinamiento en las escuelas y centros de educación catalanes
y por qué votaron en contra los de laPesoé.
Está claro que a los pesoístas no les convenía, porque en Valencia y Baleares, que
dominan los suyos, se está siguiendo la misma pauta de los independentistas catalanes
y en Galicia, feudo de laPepé otro tanto de lo mismo, a la
chita callando. Si ya nos conocemos todos, hombre.
Sin lugar a dudas, gran razón tiene el autor de Patria, Fernando Aramburu: “en Cataluña veo lo peor del ser humano”. Entre
ellos, y esto es mío, el delegado del Gobierno, señor Millo, que fue a la tele golpista –tv3- a pedir perdón por la intervención de las Fuerzas del Orden y Seguridad del Estado durante el UnoaCero. Y es el día en que el
miserable de él todavía no ha dimitido. Ya lo ve, señor Rey, que lo sepa.
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