Pues, continuando por el titular de la exposición del
día anterior, y por si algún catalán golpista no lo entendió –no le dio lo suyo
para más-, más claro: el hijo pastelero, elPuigidemón,
no ha tenido güevos para ni tan siquiera intervenir en el Pleno. Y así llegamos, antes de emprender la obligatoria siesta, a
la aprobación por los golpistas –Juntos por
el sí, es decir republicanos y los del PeCaDeTe,
y los guarrillos de las CUP-, de no
se sabe todavía, realmente, a ciencia cierta e incierta, el qué. Lo mismito que
desde hace dos meses.
Terminaron la función, el espectáculo, el circo, la gilipollez
cantando lo de Los Segadores -¡Que qué
culpa tendrán ellos, que están ahora en plena sementera! Creo- acompañados por
los podemitas. Estos últimos ni saben lo que quieren, ni a dónde los llevan.
Así les va a elPabloManué y los
suyos. Como bien decía laBescansa,
elPabloManué habla más con los golpistas que con los españoles; coño, y con los
terroristas y con los dictadores, como el de Venezuela e Irán. Allá ellos.
Los parlamentarios constitucionalistas en el Parlamento de esa región española
abandonaron sus escaños antes de la votación: los socialistas de elBailón Iceta, los Ciudadanos de Arrimadas y los peperos de Olbiol,
que volvieron a dejar sobre sus sillas banderas catalanas y españolas. No se
atrevió la anciana señora de pelo blanco a retirarlas esta vez, como hizo tras
los plenos ilegales de septiembre, cuando su comportamiento fue el de una mal educada
y, sencillamente, una miserable.
No saben los ingenuos seguidores del golpismo a dónde
los van a llevar las locuras del hijo pastelero y elJunqueras y los antisistema
de las CUP, jaleados por los golpistas agolpados a la puerta del Parlamento. Este
desbarre de imbéciles nos traerá a todos tiempos difíciles, pero más a ellos. Si
yo fuera golpista, me pediría cambiar a otra cosa, lo que fuera, porque el espectáculo
vergonzoso y “miedica” y cobardón que les han brindado sus líderes es como para
mear y no echar gota.
Eran poco menos de los que son en realidad, entre
ellos muchos estudiantes universitarios, que se están pegando un curso de aúpa,
y no saben los sinvergüenzas el dinero que nos están costando, de los impuestos
de todos. Si lo tienen muy fácil, si quieren ser independientes, que se vayan a
la playa y que se bañen, a ver si se les pasa la tontuna y, si no, que se
busquen un desierto, que allí no les molestará nadie; es más, hasta los pobres bichos
autóctonos se marcharán con tal de no estar con estos miserables.
Pero, ya vendrá el tío Sierra con las rebajas. Entonces, no nos vamos a reír todos.
Lloraremos todos. Se nos avecinan tiempos duros, muy duros, pero, también, más
para ellos, los golpistas. De hecho, el Senado ya aprobó la aplicación del 155 –sin
la presencia en la sala del senador por Cataluña, el socialista Montilla, que se ausento, seguro que
para ir a mear- y el Consejo de
Ministros emprender cuanto antes fugaz aplicación.
El hijo pastelero, elPuigidemón, que ha caído en la
doble trampa –la de Junqueras y la de los guarrillos de las CUP- podráa
sentirse orgulloso –eso era lo que pretendía, ese era su finalidad- de haber
proclamado la República de Cataluña, para pasar a la Historia –o no-, pero se ha comportado
como un miserable, no ha tenido el valor de hablar en el Parlamento catalán, y
ahora, el muy imbécil –llorando por lo que no supo defender como hombre, porque
la UE y los EEUU ya le han dicho que no son
nadie-, se refugiará en su despacho con escudos humanos, entre ellos niños y
ancianos e impedidos. Vaya catadura. Ya les digo, si fuera independista me
pediría el cambio.
Y, por favor, que cesen a Millo. Pidió perdón en tv3
por la intervención policial del UnoaCero.
Si no lo cesan, que dimita él, que su propio Gobierno y partido y el Congreso
lo que quedado en entredicho. O, leche, por lo menos que pida disculpas a las Fuerzas del Orden y Seguridad del Estado.
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