Menuda broma, la pérdida. Unos mil funcionarios de la Unión Europea a engrosar los bolsillos,
la bolsa, de los catalanes, que se han ido al carajo. Y con ellos mil buenos
sueldos a gastar, a consumir, un presupuesto de más de trescientos millones de
euros y el alquiler de un edificio, la torre Agbar tipo supositorio, que sigue muerto de risa -sin ocupar-, más
las visitas, por miles, anuales de ciudadanos de la Unión y de otros países. Todo, ya digo, a tomar por píiiii. Que
sigan votando independencia, que está el horno como para bollos.
Andan muy locos estos golpistas; cada día más. Ahí
tienen a los exconsejeros Turull –macarra
de toda la vida- y Rull –que no le
anda a la zaga al otro- se piden ahora acatar el 155, que ya se han cansado de
tanto descansar, aunque en su vida han hecho algo de provecho. Han levantado el
dedo para que se les vea, aprovechando la ausencia obligada del exfiscal Maza. ¡Son cobardes hasta para eso! La
que anda asfixiada es la republicana odiadora Marta Rovira, que después del embuste de los muertos que le
levantara el cardenal Omella, anda
por los rincones, por las calles que no hace otra que encontrarse con zombis.
El prófugo de la Justicia,
elPuchi, está ya estudiando con los rusos ver cómo estar en España en la campaña, aunque no de
cuerpo presente sí en figura, como de holograma. Se lo está pasando chupi, el
tipo. Ha descubierto que en Bruselas
se pueden hacer otras cosas, además de comer mejillones y patatas fritas, sin
que le molesten los republicanos y los cuperos. Les está ganando la batalla de
la propaganda a golpistas y no golpistas, todos los días se habla de él, aunque
sea que cuenta mentiras o que se ha cortado el pelo, mismamente.
Están muy “sonaos” estos golpistas, que son muy
religiosos, pero sólo con los sus curas. Porque la que les ha arreado el
presidente de la Conferencia Episcopal
Española, monseñor Blázquez, la
están rumiando todavía. Para la Conferencia,
esto del “proceso” es poco menos que una caca y ve bien lo del 155 para restablecer
la Constitución. ¡Dios, cómo estará el abad de Monserrat, allí entre los peñascos!
Esto de la tramontana también le ha afectado al
pesoísta Montilla, expresidente de
la Generalidad –acaso muy honorable,
no sé-, el del crédito sin intereses de los mil millones –o le perdonaron el
crédito y se llevó los mil kilos-, el charnego andaluz. En lo que se le supone
un lapsus mental y exceso de patriotismo –que cada uno piense cuál- está
convencido de que España no puede prescindir de Cataluña; que es que “no hablamos de Ceuta y Melilla”. Una metedura más de pata de este hombre, que
lleva muchas metidas en su vida política. Y ahí está. La ignorancia es muy
osada. Ya lo ven, de analfabeto para arriba.
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