Han pasado ya más de dos años de insumisión por parte
de la Generalidad, que se ha pasado por el arco del triunfo –como es lo habitual
en esta institución dominada por los golpistas e independentista- todos los
dictámenes que los tribunales han dictado al respeto. Desde hace dos años se
viene instando desde los tribunales a que se devuelva a Sijena la obra de su propiedad; pero, los catalanes que si quieres
arroz, que verdes las han “pintao”.
Aprovechando que ahora el responsable de esta
cuestión, y a tenor de la aplicación en Cataluña
del 155, es el ministro Vigo –que no de Vigo-,
el juzgado se ha dirigido a él para instarle a que se cumpla la resolución
judicial. Resultado, más de los mismo. Se ha limitado el ministro a aconsejar a
la Generalidad –cuando lo suyo es ordenar- que no recurra la sentencia, para
dar una muestra de buena voluntad y colaboración con los tribunales. ¡Que y
qué! Pues, nada que las obras se Sijena continúan en Cataluña y, prácticamente,
todo sigue igual, que es como decir que lo mismo da que da lo mismo. Y los
maños viéndolas pasar o, más bien, sin verlas venir.
No sucedió lo mismo con el Archivo Histórico de la Guerra Civil, ubicado en Salamanca. Los tribunales fallaron que
parte de él se tenía que trasladar a Cataluña y, oigan, que dicho y hecho, para
allá que se lo llevaron. Decía el alcalde de por entonces de la capital charra,
Alfonso Fernández Mañueco, que,
vamos, que como que tendrían que pasar por encima de su cadáver para sacar del
Archivo de Salamanca una sola caja con documentos.
Pues, ya ven, sacaron todas las cajas
correspondientes, y más, que todavía están en Salamanca esperando a que devuelvan
algunas los catalanes. Pero, estos, como es propio de ellos, si te he visto no
me acuerdo. La Junta de Castilla y León,
como también es propio de los castellanos, mecachis, se va a terminar
cabreando. Del valiente alcalde Mañueco
se sabe que sigue vivo. La Policía Nacional
–cumpliendo órdenes- escoltó la afrenta, que se consumó en una sola noche. El
cuerpo del alcalde yacía plácidamente –no se sabe si roncando- en su cama, que
al día siguiente había que madrugar.
Así que me da a mí que el ministro Vigo, como el
alcalde Salamanca –curiosamente, los dos del mismo partido- se va a la cama
tranquilamente, que mañana será otro día; eso sí, el tesoro de Sijena seguirá, Dios mediante, en Cataluña, y el
ministerio ya estudiará el caso, con el permiso correspondiente de los
golpistas, que no están pero mandan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentar con respeto