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jueves, 22 de febrero de 2018

El ARCO y la flecha

¡"Cachislamarsalá", con laSeñáManuela! Estábamos todos preocupadísimos porque no llegaba la alcaldesa de Madrid a IFEMA. Ya ven, y luego dicen que no la aprecian; esos son los de la oposición, que no la tragan. Pero, al final, nos enteramos de que no iba a asistir a la inauguración de la Feria ARCO, a modo de protesta, por lo que considera una censura con la denominada obra de arte de Santiago Sierra. No sé si sabe laSeñáManuela, dentro de su "senilidad", que su actitud sí que es una censura, y total, con la dirección de la feria.
Hombre, claro, que los directivos -además de sus responsabilidades consabidas- también tienen derecho a la libertad de expresión y, sobre todo, a la de decisión -acertada o desacertadamente-, que para eso cobran. La alcaldesa de la Villa ha entrado en su propia contradicción: censura, porque los otros censuran; es partidaria de la libertad de expresión, pero no respeta la de los demás o la que no se ajusta a su idea de la libertad, concepto que algo desviado sí que lo tiene, sí.
Aunque para mí, no llega a tanta profundidad su pensamiento y lo único que pretendió fue humillar a los reyes, dejarlos solos ante el peligro. ¡Estaban sus majestades compungidos/compungidas ante tal abandono! O acaso, y se lo ha callado la muy ladina señora, es que no le dio tiempo a ducharse y llevaba varios días sin rociarse su cuerpo serrano. Porque, ya saben, las mujeres, según la "portavoza" podemita en el Congreso no tienen tiempo ni para la ducha, de la que no especificó de qué tipo; menos mal que dijo eso y no que ni para mear.
En fin que la exposición ARCO se inauguró, un año más, sin que se fuera a la ruina por la no presencia en la pared de lo que dicen una obra de arte de S. S. Gracias puede dar el pollo a que su galerista y la dirección de la feria llegaran a un acuerdo para retirarla. Eso es lo que le gusta a S. S., armar la polémica y revalorizar sus obras; una, manera como otra cualquiera de especular.
De no haber sido así, lo que algunos han dado en llamar el friso expuesto, lo que no eran más que marcos -que no ha hecho él- y fotos pixeladas de delincuentes -algunos dicen que allí había delincuentes y participantes en el proceso catalán- no habría obtenido el precio de ochenta mil euros y, más que probablemente, habría pasado desapercibido, lo expuesto, quiero decir.
Pues, sí hubo quien dio ochenta mil euros por eso. Pero, no podía ser de otra manera, el adquiriente o comprador lo fue un secesionista-independentista, un socio del instigador a la rebelión como lo es el productor de televisión el amigo Roures, amigo, en efecto e íntimo, de los golpistas, el que se reunió con elJunqueras -el "embarrotao"- y con el líder podemita elPabloManué, que ese sí que no sabe ni lo que es. Pero, miren, que ya nos conocemos todos.
Lamentable es que la dirección de ARCO haya pedido disculpas por todo lo ocurrido. No se piden disculpas por ello, que ya son bastante profesionales -o se les supone- para aceptar que la obra de S. S. fuera expuesta o no. Ahora, o se asumen las consecuencias o se dimite. Y ya está. Con lo fácil que les habría sido no aceptar los marcos con fotos de golpistas, maltratadores de mujeres, de atacantes a guardias civiles en Alsasua, etc. O sea, como dice el título de los marcos, presos políticos. ¡Jéjé!
Si es que lo tenían "chupao". Si los "arretratos" hubieran sido de los asesinos de los abogados de Atocha, la alcaldesa habría puesto a la directiva de ARCO, por lo mismo, en un pedestal, y la opinión de los críticos, de estos progres, de estos que algunos aparecen como "iluminaos", sería todo alabanzas. No hay duda, todavía se sigue confundiendo la velocidad con el tocino, y algunos están hasta "atocinaos".

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