Traductor

Buscar en este blog

miércoles, 28 de febrero de 2018

La pregunta del millón

A pocos programas que se vieran de Operación Triunfo (OT) saltaba a la vista, era más que evidente, que el presentador del mismo, le tenía un especial cariño a la "participanta" Amaia Romero. La jovencita de voz pausada, la que quiere aparentar inocencia total, resultó ser la ganadora de esta edición del programa y ganadora también de una plaza para representar a España en el festival de Eurovisión, formando pareja con otro "concursonto", un tal Alfredo. Se le podía criticar a Roberto Real su más que predilección por la ganadora, sí.
Pero, resulta que nadie se atrevió a decirle al joven presentador que disimulara sus predilecciones ante las cámaras. Nadie se lo dijo, ni tan siquiera los medios dedicados-especializados en el mundo de la farándula se lo echó en cara; es posible que ni se dieran cuenta. Es muy probable. En cualquier caso no es para que se hubiera llevado el caso para su discusión en el Parlamento. Sí llama la atención, a todas luces, el que se ha llevado al Congreso de los Diputados y de las "Diputadas" el hecho de que el presentador Roberto -también presentador de "España Directo"- se refiriera a los concursantos-es-as, o como quiera que se les designe, siempre por el género masculino, cuando los finalistas parece ser eran tres mujeres, en el último programa.
Pues vaya la que ha "armao" una diputada de laPesoé, Lidia Guinart. Menuda. La leche. La diputada, que se conoce que no tiene otra cosa más importante que hacer, ha calificado la actitud del presentador de machista, de los machistas de toda la vida. Le ha dado una lección en toda regla a los diputados asistentes a la comisión correspondiente y le ha sacado los colores al director general del ente público televisivo. Y se ha quedado tan contenta. Lo triste es que no ha hecho referencia alguna a los palabros soltados por las diputada y exdiputada, respectivamente, la podemita "Montera", con sus "portavozas" y "miembras" de su compañera de partido Aído. ¡Menudas dos "cargas públicas" para el erario español!
Que pueda un presentador de la televisión meter la pata gramaticalmente, pase, pero que la metan los "diputados" como los anteriormente "citados", eso clama al cielo. Su ignorancia y su analfabetismo quedan al descubierto. Lamentable, porque es gente que en el fondo, y aunque no esté el Gobierno, también gobierna, en cuanto a su responsabilidad en apoyar o desechar leyes por las que nos regiremos todos los ciudadanos. ¡Ah, claro, y las ciudadanas también! Nos ha jodío.
Coñe, que es que cada día que pasa, y cada vez más y más a menudo, nos están hartando algunos diputados de caca, nos tienen hasta el moño. Que de gilipollas está el mundo lleno, por favor que no nos los metan también en el Parlamento. Esa gloriosa institución está para cosas más importantes y no para criticar a un presentador que dijo lo que dijo, si acaso, quizá más por ignorancia, que con la intención de ofender a nadie, de ser machista. Que no, hombre, que no.
Mejor habría hecho la diputada socialista en preguntarle al director de la televisión pública por qué se siguió el formato del programa O.T. en el concurso televisivo, formato de la propiedad de unos independentistas confesos, por qué se permitió que el director musical del mismo fuera otro independentista confeso, que, además, insultó al Rey de España, por qué no se expulsó del programa a los "concursontos" que impusieron a los otros concursantes que les escucharan cantar canciones independentistas en la academia del programa, brazo en alto, entre ellos uno que va a representar a España en Eurovisión y otra que acude vestida de amarillo a los programas de radio catalanes. Esas preguntas -y más todavía las respuestas que pudiera dar el interrogado- sí son importantes. Hasta merecerían un aplauso. Para decir gilipolleces, la señora diputada, mejor se quedaba en casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar con respeto