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lunes, 5 de febrero de 2018

Más que reprobar, demostrar lo contrario


De cajón. Así fueron las afirmaciones de Manuel Valls, durante el acto de homenaje a Gregorio Ordóñez. Para el exprimer ministro francés, la colaboración judicial, policial y política entre los Estados español y el galo deben continuar de manera inexcusable “hasta la derrota total” de la banda terrorista ETA. Es más, para Valls los criminales etarras tienen que reconocer que “se han equivocado y pedir perdón a la sociedad española, no hay otra solución”.


Resulta obvio que el exministro francés daba por hecho que los asesinos etarras, además de reconocer su error y pedir perdón, deben cumplir sus penas, preferiblemente íntegras, resarcir económicamente a las víctimas y colaborar con la Justicia para resolver los más de trescientos casos que aun hoy permanecen impunes. Igualmente, que Francia debe colaborar con España sin ningún tipo de fisura, evitando negociación alguna con los terroristas y manteniendo, al igual que hace España, la dispersión de los presos por las cárceles de su territorio.

Así sí, así más de acuerdo y todo juntitos los dos. No como los peperos, allí de cuerpo presente en el homenaje. Por un lado, laviceSoraya, la ministra de los Ejércitos, señora Cospedal –que ni se miraron-, y el ministro de los Interiores, ZoidoZoido, otra vez Zoido-, que eran la  representación oficial pepera al homenaje; de otro, el expresidente Aznar, su esposa Ana Botella, el exministro Mayor Oreja y María San Gil, que presenció el asesinato de Gregorio Ordóñez, y Carlos Iturgáiz, que fuera de laPepé y fundador de VOX. Menudo cuadro. El Rosario de la Aurora se produjo después. A él se sumaron la representante de los socialistas vascos, el de la prácticamente extinta upeide y Carlos Girauta, de los del “Cé ese”.

No hubo representación del PNV, de los de Urcuyu, para quien, según un estudio por él encargado a una universidad vasca, los niños asesinados por la banda terrorista, son tan sólo daños colaterales. Pero, tampoco importó mucho -que más vale, ya saben, estar solo que mal acompañado-, porque la viuda de Gregorio Ordóñez se despachó a gusto: “Va siendo hora de poner a los nacionalistas en su sitio, especialmente en Euskadi”. Porque es que allí, los que de sobra ya todos sabemos, tratan de pervertir la historia de cincuenta años, blanqueándola, pervirtiéndola, “a favor la de los terroristas etarras y sus colaboradores”.

¡Como para asistir al acto-homenaje los peneuvistas! Los mismos que piden al Gobierno de elPresiRajoy la desautorización y reprobación del coronel jefe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO).Y todo por unas declaraciones en las que el agente incluía en el “bando de los malos” en la lucha contra ETA a “etarras, batasunos, peneuvistas y la Iglesia vasca”. Desde luego, la acusación no es baladí. Quizá, más que pedir su reprobación, los peneuvistas deberían demostrar que son falsas las afirmaciones del coronel Sánchez Corbí.

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