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domingo, 11 de febrero de 2018

Olor a pueblo, sabor a ajo


Cuesta, sin duda,  subir a esta atalaya del Mont Blanc. Una vez arriba, hemos logrado desasirnos de las garras del pueblo, que no quiere decir que a las faldas, aquí, no haya pueblos; también los hay, muy bonitos, sí, y huelen a pueblo, de lo que se habría sorprendido el mismísimo Manolo Escobar. Es cierto, sí, hay otros pueblos, en otros países, que huelen a pueblo. Lo del olor al ajo ya es otra cosa, pero es que cada día se hacen menos sopas de esta especie de las liliáceas, que a la abuela le resbalaba si era especie o liliácea.


Mejor nos comíamos unas sopas de ajo, o un buen cocido, si hace al caso. Mejor eso que comernos, ni tan siquiera con patatas, las “palabrotas” ofensivas de los dirigentes del peneuve de las provincias vascongadas, exigiendo ahora ellos el derecho a decidir. ¡Era lo que nos faltaba! No han entendido nada, o lo han entendido todo. En cualquier caso, queda plasmación evidente de que elPresiRajoy ha fallado con lo de los catalanes. Porque si los golpistas lo han hecho, convencidos están los del independentista Urcuyu que ellos también lo pueden hacer.

Los vascos secesionistas, que se aprovechan a tope del Estado, como si fuera una obligación de los demás españoles. Nos roban a España todos los años, de manera descarada, con consentimiento de todos los gobiernos centrales habidos, más de mil millones de los de euro; más, porque tienen un cupo que a los demás se nos niega; bueno, jamás se nos ha ofrecido y tampoco nadie lo ha exigido. ¡Valientes representantes los nuestros!

Ahora nos vienen estos vascuences, con el lazo amarillo colocado en el pecho, exigiendo que se “levante” el 155 impuesto a los golpistas catalanes. Exigen los vascos el cupo, exigen los vascos ser ellos quienes impongan cómo aplicar la Ley, exigen los vascos el derecho a decidir. ¡Pero es que no hay nadie que les diga que ni lo uno ni lo otro! Y sobre el derecho a decidir, nadie les espeta que eso ni se dice ni se toca, que la unidad de España no se negocia ni se vota, ni por una parte ni por el todo. España está ahí, y el que tenga dudas o no lo entienda, que se suba a esta atalaya. La brisa, además de sanearlo de la polilla, le despejará la sesera.

Otra igual. Porque dicen los de las Seguridad del Estado, o sea la Guardia Civil y la Policía Nacional que una vez se levante la aplicación del 155 habrá que vigilar muy de cerca a los moccetes de laInvencible. Si ellos lo dicen por algo será. Son una fuerza la de los de laInvencible de diecisiete mil hombres y “hombras”, que, a lo que parece, en su mayoría, están más dispuestos a ser fieles a elPuchi que leales a la Constitución. Desde esta atalaya, los de laInvencible no resultan problema alguno; es sólo cuestión de decisiones. Desde aquí arriba, los que las tienen que tomar lo verían mucho más fácil. Es muy sencillo, más que sencillo: de lo que no existe no se puede nadie llevar un susto. Ya ha habido más que suficiente chantaje consentido.

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