A
laseñáManuela se le queda grande Lavapiés. ¡Puff, pero que muy grande;
no digamos ya Madrid. Ella, que se había dado como regalo, porque sí, unas “vacances”
en el París de la Francia, no acaba de comenzar su
desarrollo y disfrute cuando los sus podemitas de elPabloManué se lían a culpar a los sus municipales de haber, poco
menos, dado muerte al senegalés que falleció de un infarto. Desde el prior de
la orden, elPabloManué, pasando por
el su amigo del alma Monedero, tan
temprano, incitaron al odio y a la venganza a algunas gentes del barrio madrileño.
Según el podemita que “tátontao”, elEspinar,
los de la extrema derecha la liaron todo.
Hay
que ver, cómo baila laSeñaManuela, que en menos de una semana ha censurado por
dos veces los tuíteres de la Policía Municipal.
¡Viva la libertad e expresión! Pero los sindicatos de los agentes no se andan
con chiquitas y ya son tres las querellas presentadas contra los munícipes podemitas
y el también “tontao” de Monedero. Pero dicen los podemitas que como el que oye
llover, que no van a llegar las aguas al río –eso dicen- y que aquí no ha
pasado nada, insiste laSeñáManuela.
Bueno,
sí, algo se ha movido, que parece como que hubiera que desagraviar a los “manteros”,
que los pobres, sin quererlo, se han visto metidos en el lío, hasta por la
mitad, pero de lo que los podemitas esperan que salgan bien parados. Ya habían pedido
estos que no se les aplicara a los “manteros” el Código Penal, sino que se les impusieran tan sólo penas de multas,
pero no de cárcel; es más que se despenalice la venta ambulante de productos
falsificados siempre que el beneficio sea menor de cuatrocientos euros, se
supone que no diarios.
Afirman
los podemitas en esta propuesta de Ley que “sobrevivir no es delito”. Aunque,
habría que plantearse, ineludiblemente, quién o quiénes están detrás de los “manteros”
en el negocio que supone el no ingreso para los comerciantes que pagan
religiosamente sus impuestos de más de ocho mil millones de euros y la no
creación o la pérdida de empleo de más de sesenta y cuatro mil puestos de
trabajo. “Sobrevivir no es delito”, ya coñe.
Que
no nos vengan ahora estos de santos patrones y defensores de los pobres. No,
hombre, por Dios, que las cosas no
son así. Y hay que volver al principio: por qué esta pobre gente viene o llega
o la traen a España y en qué
condiciones. Quiénes los empelan aquí, en qué condiciones laborales y cuál es
su modo de vida. Nadie, por supuesto, les desea mal alguno, como pretenden
hacer creer los ricos podemitas, quienes, por cierto, ni se han acercado a Lavapiés. Si pretenden hacer algo por
ellos, lo que deben los podemitas es no utilizarlos como ondas o dardos
políticos. Son los manteros tan humanos como ellos y, evidentemente, a lo que
hemos visto hasta ahora, con más dignidad, aunque las circunstancias los han
llevado hasta donde no quieren sacarlos los podemitas, sino que lo que
pretenden es manipularlos y que los vapuleen, cuanto más mejor los policías,
para armar bulla en la calle, en Lavapiés, o donde sea, el caso es armarla en
la calle y que sean otros quienes se la jueguen.
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