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sábado, 28 de abril de 2018

Cobardes y traidores hasta la sepultura


Se pensaban estos golpistas que lo suyo a través de Europa era coser y cantar. Que han logrado que en la Unión se hable del Golpe de Estado, cierto; pero, pasados los primeros momentos de la novedad, no van a tener los fugitivos de la Justicia española un camino de rosas, más bien se les convertirá en un sendero de espinas una vez que la flor se ha marchitado. Ya están viendo como cada vez más los europeos pasan de ellos, no porque el Gobierno español y su representante diplomático, Dastis, hayan convencido a los que, por desconocimiento, apoyaban a los golpistas, sino porque estos son un peñazo, ya los aburren.


El cabecilla de los delincuentes, elYordi elPuchi, ya se está empezando a dar cuenta de que su futuro se tiñe cada día de un color más oscuro y reconoce que su futuro será el de pasar muchos años en una cárcel española o muchos años en el “exilio”, como dice él, pero traducido al castellano serían muchos años como prófugo de la Justicia de España. Parece que se va concienciando de ello y así se lo ha declarado a un periódico, al que le ha confesado, igualmente, que es muy duro no poder estar con sus hijas y contarles un cuento cada noche.

Lo del victimismo lo tiene muy bien aprendido elPuchi. Utiliza a sus hijas para dar pena en Europa, como los golpistas utilizan a viejos y niños como barreras –los muy cobardes-, cuando organizan alguna algarada, como en el referéndum ilegal del UnoaCero. Cuando sus niñas crezcan sabrán que las víctimas, verdaderamente, son ellas, sí, pero de su propio padre, que tiene una mente enferma y que está arrastrando a toda su comunidad autónoma al caos.

De todas formas, a elPuchi, de momento, no le va mal del todo: tiene y dispone de dinero –que algún día se sabrá de dónde y desde dónde le llega-, un apartamento en Alemania y una mansión en Bélgica, manda y ordena a los fanáticos que le siguen y, sobre todo, disfruta de libertad. ¡Qué más puede pretender un delincuente!

Qué no darían Yunqueras –el que ponía el ojo en donde colocaba la bala- y todos lo que como él sólo pueden disfrutar de las instalaciones de las instituciones carcelarias, por cierto, que tienen bastante nivel. Dentro de su desgracia, elYunqueras se conformaría, fíjense, con ser trasladado a una prisión en Cataluña. Si es que el que no se conforma es porque no quiere.

No se les vaticina mejor futuro para las otras dos fugadas de la Justicia española que huyeron a Suiza. Claro, muy clarito se lo ha dicho el ministro de Exteriores de los helvéticos, que sería “fantasioso” que ambas pensaran en que la Confederación les concediera la condición de exiliados políticos; es más, para que lo entiendan mejor, les ha adelantado el ministro suizo, Ignazio Cassis, que su país “no puede entrar en materia” ante la posibilidad de esa petición, al estar requeridas por la Justicia española y, que por tanto, “no se dan las condiciones”.

Fueron muy ilusas estas dos. Por algo elPuchi no pensó nunca ir a esconderse a Suiza. Estas dos pensaron que se comían el mundo y que los suizos iban a elevarlas poco menos que a los altares. Pues, ya ven, la una, la guarrilla de las CUP, laAna Gabriel, pensó que se la iban a rifar las universidades suizas y resulta que nadie la llama y la pasta se le acaba; la otra, Marta, laRovira, está escondida, humillada, por algún lugar de ese país y, como elPuchi, haciéndose la víctima, parapetándose en su hija. Eso sí, ninguno de los tres se atreve a volver a España. Cobardes y traidores a los suyos, hasta la sepultura.




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