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domingo, 8 de abril de 2018

Tensión España-Alemania

Bueno, al menos una conclusión, tenemos del evento pepero en Sevilla. Todo queda en manos de la Justicia, es decir el futuro de los golpistas o la salvación de la unión de España y el futuro de la presidenta de la comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. De lo que es el evento en sí, nada nuevo bajo el sol, la misma frase que se utiliza cada fin de las reuniones peperas, de las que los "cabreaos" salen más "cabreaos" si cabe y los ilusos cada vez más convencidos de que tienen un líder, "perséculaseculorum", en el que confiar su futuro, que puede o no coincidir con el de España.
Además de que somos un país europeo -se supone-, orgullosos -si es que hay motivos para ello-, democrático -según nosotros- y libre -convencidos estamos- conviene no despertar la ira de los germanos -algunos de ellos de pura cepa aria, nazi-, porque somos amigos de nuestros amigos. Otra cosa es que a ellos se la refanfinfle, como a la ministra de las Justicias alemanas, por tanto a la primera ministra Ángela Merquel.
Pues después de que un juez de provincias -o más bien un paleto, en este caso- imponga a este nuestro país cómo hemos de aplicar la Ley, de lo cual se mostraba orgullosa la nazi de la Justicia alemana, va el correspondiente español de Exteriores, un tal Dastis, tras castigarla duramente diciéndole que se ha "pasao", y se pone de uñas con Esteban González Pons -que ese sí que es un exiliado de laPepé en Bruselas- y le afea sus comentarios, en el sentido de que si una euro orden no se cumple y no se interpreta según los acuerdos europeos la hemos "cuagao".
O sea que si un juez de Soria -pongamos por caso-, que seguro que no es paleto como su homólogo alemán- le dice a la Justicia alemana que los de Baviera todos a coro por la libertad, hay que cumplirlo, los alemanes están obligados a ello. ¡Viva el juez soriano! En un momento le ha solucionado a los independentistas lo que llevan persiguiendo años, y sin que, en este caso haya lugar para considerar que se ha producido alta traición, como los germanos tipifican lo que en España se considera rebelión. Y si, encima, sale el ministro nuestro de las Justicias "escojonciándose" porque Alemania no es un país libre, la hemos rematado.
Pero aquí, por lo mismo, no pasa nada, como no pasa nada en los eventos de los peperos. Eso sí, que nadie levante la voz, que vea laSeñáÁngela que somos muy educados, cumplidores a raja tabla de nuestros deberes y obligaciones. Esto, lo de Pons, para el gobierno de elPresiRajoy supone crear tensiones con el Gobierno alemán. ¡Qué más quisiera elPresi que así fuera! La única tensión entre los dos países la han protagonizado los tenistas, en su clasificación para la Copa Davis. Por cierto, fue España la que se clasificó. ¡Y olé! Mal que le pese a laSeñáÁngela y sus sufridores germanos.
Que no hombre, que no, que así quedamos como verdaderos gilipollas, que somos un país tan libre o más que Alemania. ¡No me digan que al menos no podría elPresiRajoy haberles hecho llegar eso! Pues, ya digo, ni eso, que más parece que es el golpista elPuchi el valedor de las libertades. Hasta está ahí viva la incógnita -cada día más- de por qué se detuvo ahí, precisamente, en ese país, en ese pueblo, a elPuchi.
Menos mal que parece que la intervención quirúrgica al rey emérito salió a la perfección. Menos mal que parece que la familia real rezó unida y sigue unida. Así se hacen las cosas. Aunque coman habas como todos, los trapos sucios se lavan dentro para que salga la familia reluciente. Menudo repaso le ha dado alguien a la reina plebeya, Leticia. La reina emérita, Sofia, se ha llevado la foto que quería poner en el mueble del salón. Desgraciadamente, con su actitud el Domingo de Pascua de Resurrección la reina plebeya ha estigmatizado de por vida, a la futura reina, que no sabía que así no se trataba a una abuela.

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