Pepe, el ugetista, valedor de los golpistas

Hay que tener cara dura para salir a la calle a manifestarse, es más manifestarse encabezando la manifestación quien hace cuatro días pedía la libertad de los golpistas, igualmente en otra manifestación. Quien hace a todo, ya se sabe lo que es. Y eso es lo que es el secretario general de los ugetistas, Pepe. Si no, pues se lo pueden imaginar, igual que nos hemos imaginado los demás lo que el ministro de las Justicias, de apellido Catalá Polo dijo del juez díscolo del "caso La manada". No se puede repicar y asistir a la procesión, hombre, Pepe; además, nos tacha poco menos que de bobos a los demás.

Es él, elPepe, el que acierta, y su homólogo de Comisiones, apoyando a los golpistas. Semejante desvergüenza sólo la puede tener el que, ya digo, hace a todo. Y recalca que el tiempo le dará la razón. O sea, que antes o después, todos los mortales que habitamos este país estamos predestinados a que, si quieren los golpistas -y por supuesto el sindicalista este también- nos veamos obligados a marcharnos, a un exilio forzoso o, en su caso, destrozar España.

¡Vamos, hombre! Gilipollas ya hay bastantes, como para que venga ahora éste sinvergüenza a dar lecciones. ElPepe tenía que haber dimitido del sindicato -al que está manejando en favor de los golpistas-, en el momento mismo que salió a la calle en nombre de la UGT a defender a los golpistas.  ElPepe es independentista, por más que se lo haya estado ocultando a los afiliados del sindicato. Ya ha salido del armario; ahora ya se las puede pirar, que vaya día del trabajador le ha dado a los sindicalistas, como el propio de Comisiones.

Luego se extrañan de que la gente los repudie: habrá menos afiliados sindicales que antes de la crisis, pero mañana todavía muchos menos. Se lo han ganado a pulso, mucho más que su sueldo de liberados y paniaguados. ¡Vaya tropa!

A este elPepe le viene a acontecer como al podemita Espinar. Ninguno dimite, pero, oigan, es que ni se sonrojan. Ya ven, elPepe a la cabeza de la UGT y elEspinar senador podemita en la Asamblea de Madrid y mandamás de los suyos en la "capi". Del primero, dicho está lo que está dicho. Del podemita todavía no está dicho todo lo que hay que decir.

El podemita, y fíjense nos enteramos ahora, fue becario -eso sí lo sabíamos- por la Universidad Compluetense, cuando su papá se pulía la tarjeta black y era, coincidencia, miembro del Consejo Social de dicha Uni; es decir, uno la cosía, el otro la remendaba. Entonces, aconteció que el joven se compró un piso  de Protección Oficial que ni le correspondía porque no reunía los requisitos, con el dinerito de la beca, algo más de cuatrocientos euros, pero como no le llegaba para pagar la letra del inmueble, lo vendió. Beneficio, treinta mil euros del ala en menos de un año, de una vivienda de Protección Oficial, que no le correspondía, y ni tan siquiera pisó en ella.

Algo parecido a la beca del compi de partido, Íñigo Errejón. el candidato podemita a presidir la Comunidad de Madrid. La beca de éste era superior, mil ochocientos euros mensuales durante un año, aunque sin plusvalía. Se la fueron a otorgar en Málaga, en la Uni de allí, con la obligación de vivir en esa ciudad durante el tiempo que durara el trabajo de investigación. Ni vivió allí ni presentó trabajo alguno. Pero él no se ruboriza, en absoluto, cuando pone a parir a la expresidenta Cifuentes.

Ahí queda, y no digo más, de momento