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sábado, 21 de julio de 2018

El partido y la renovación


No ha sido un triunfo pírrico el de Casado sobre la exViceSoraya, no. Prácticamente catorce puntos los separan. Era previsible, como decía el presidente de la Junta de Castilla y León –el que se atrevió a decirle a Rajoy, a toro pasado, que se mirara en el espejo- que el triunfador de la mañana iba a ser, sin duda, un castellanoleonés. ¡Nos ha “jodío”, Juan Vicente Herrera! Pablo Casado es palentino y Soraya Sáenz vallisoletana. Hay más: la presidenta del Congreso, la que siempre manda callar, Ana Pastor, es de la localidad zamorana de Cubillos y el hasta ahora coordinador del partido, Maillo, también de esa provincia.


Así que mucho protagonista castellanoleonés en el Congreso pepero, partido que comienza una nueva era, la de la renovación, como ellos afirman, y la de la ultraderecha, como sostienen los de El País, a los que les ha cabreado que no saliera ganadora y con laureles la exSoraya, a la que tanto quieren y tanto los quiere ella. El periódico ha aprendido una lección, dentro de su soberbia: que no siempre su voluntad es ley y ella que pese a contar con el apoyo incondicional del periódico no todo lo puede lograr. Y una moraleja, enseñanza: gana quien más votos obtiene y no tiene que ser, precisamente, el que diga o caiga en gracia a El País.

Ha ganado Casado, y punto. Ya veremos si su orientación del partido será aznarista o algo rajoísta o una mezcla de los dos o, quién sabe si nos sorprende implantando al partido una nueva, “autóctona”. Todo ello, una vez que logre imponer la reconciliación interna, que ya sabe el nuevo presidente pepero que sus mayores y peligrosos enemigos los tendrá en casa y, por supuesto, en  los de El País.

De momento, el partido continúa, para mal y rabia de algunos y satisfacción de muchos. Casado, pasados estos momentos de euforia, tendrá que apoyar bien los pies en el suelo, no puede despistarse ni irse por los cerros de Úbeda; lo suyo es el ancho mar de Castilla, desde donde llegar a todos los rincones de España. Ante todo, defender la unidad del país y lograr recuperar a esos tres millones de votantes que perdió su antecesor como presidente del partido y presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy, para, a la par, ir marcando los puntos ideológicos del partido: libertad, seguridad, familia y vida.

Tiene en sus manos Pablo Casado una oportunidad única en la historia del partido, de laPepé, para su renovación y una oportunidad Histórica para el futuro de España, aunque sea, de momento, desde la oposición, si lo sabe hacer. No obstante corre dos peligros inminentes: los cantos de sirena a los que debe desoír y la oprobiosa oposición, la interna y la de las izquierdas, la moderada -si es que existe tal- y la extrema. Si Casado logra reinventar el partido, reunificarlo y renovarlo, llevará adelantada la mitad del camino. Un camino, que no se engañe, lleno de dificultades y de espinas.




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