Además de la felicidad que pueda tener Pablo Casado por haberse impuesto a la exViceSoraya en el Congreso, puede estar de enhorabuena, porque los de laPesoé no lo quieren. Eso es un buen
principio y un buen indicio. Ya se temía elCetapé
la victoria de Casado y por eso,
inmiscuyéndose donde no debía –siempre estuvo falto de educación y de saber
estar-, deseaba con ardor el triunfo de Soraya,
en detrimento y menosprecio de Casado.
La erró, como casi siempre el socialista, que dejó una España arruinada y unos acuerdos de pena, penita, pena con los
independistas catalanes, que se tornaron en golpistas.
Ya lo sabe el pepero: va por buen camino. No acaba de llegar
y los pesoístas lo temen. Tratan de denigrarlo con las técnicas publicitarias-propagandísticas
comunistas, y no han empezado. Lo que le espera a Casado es un camino duro,
lleno de espinas en su propio partido y un continuo bombardeo por parte de los
del presidente del Gobierno y del propio Sánchez.
Es que ya han iniciado el ataque los de laPesoé, por boca y palabrotas –que para
mí que desconoce hasta su significado- del secretario de Organización socialista y ministro de Fomento, José Luis Ábalos.
Seguro que alguien le escribió el discurso, porque a él no se le ocurren esas
cosas, que tampoco son grandilocuentes, pero que, de todas formas, no. Para Ábalos, lo sucedido en el Congreso
pepero más que una “regeneración” se ha producido una “regresión”, y ha
sentenciado que “cuando un partido está débil se refugia en las esencias, y
cuando está fuerte va lanzando mensajes más inclusivos”. Ese pensamiento no se
le ocurre a Ábalos ni “jarto”. Es probable que lo que leyó en su discurso lo
haya entendido, pero de ahí a más va un trecho.
Por eso, ya digo, no ha empezado Casado a ejercer y elÁbalos ya expresa el temor de laPesoé, Lo dicho por él –si es que él
mismo lo ha entendido- no es otra cosa que el reflejo camuflado de un temor. El
miedo de los que ocupan un lugar, el Gobierno
de España, de manera legal, sí, pero ilegítima. Aunque eso, a elPedroQué le da exactamente igual. Ha
logrado el sueño de su vida, aunque para ello haya tenido que pactar con
independentistas, terroristas y golpistas. Y lo que ya estamos viendo de todo
ello produce pánico. Pero, lo malo está por venir. Ya lo veremos, y a no mucho
tardar.
Llegó a donde quería elPedroQué. Ya se ha asegurado un
sueldo vitalicio, coche oficial, escolta –que eso le da empaque- y algunos funcionarios
para una oficina vitalicia también. Llegó a donde quería, para ofrecerle un
regalo a su Begoñita, una casa –esperemos
que temporal- con la que y en la que presumir, La Moncloa. Llegó a donde quería para echar a Rajoy y convocar elecciones generales. Pero se ve que la cosa le
gustó en demasía, y llegó para quedarse, que no es lo mismo predicar que dar
trigo.
Ahora teme Sánchez
que con la llegada a la presidencia pepera de Pablo Casado se le pueda terminar
el chollo y pierda el avión. Ese avión oficial que se cogió para viajar a Castellón
y disfrutar de un concierto de un grupo musical. Esto no ocurría desde que el
también socialista Alfonso Guerra,
vicepresidente en uno de los gobiernos de Felipe
González, utilizara un “mystere”
para regresar de sus vacaciones. Ya se ve, ya, que de casta le viene al galgo. Y como decía elCetapé, al que Sánchez admira, el dinero público no es de nadie.
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