Con un par. Sí, sí, que parece que el juez Llarena, herido en su orgullo personal
y profesional, no se va a dejar amedrentar por el tribunal nazi, que en un “plis”,
y sin conocimiento de causa, ha amnistiado al golpista elPuchi. El juez va a recurrir ante las más altas instancias
europeas en esto de la Justicia
hasta lograr que el delincuente sea juzgado por rebelión. Pues, muy bien. El
tribunal regional nazi alemán, en connivencia con la ministra de Justica de aquel país, es decir, del
Gobierno de Ángela Merquel, quedará
en ridículo, y el pacto entre laMerquel
y elPresiSánchez se irá al carajo.
Es demasiada la desfachatez, por un lado, de la
presidenta alemana y el presidente español y, por otro, la del tribunal nazi,
que, sometiéndose a la voluntad del gobierno alemán, se entromete en los
asuntos internos de un país amigo y perteneciente a la Unión Europea. ¡Qué gran vergüenza! Lleva el juez Llarena, con todo
su equipo y colaboradores –Fuerzas de
Seguridad del Estado incluidas- trabajando a conciencia y llegan los
gilipollas –sin perdón- de una región alemana y deciden que elPuchi y sus “coleguis” golpistas sólo
pasaban por allí y que a alguien se le ocurrió acusarlos de golpistas. ¡Mecachis!
¡Ya está bien, hombre, ya está bien! Que sea el propio
presidente del Gobierno de España el
primero en aceptar la sentencia de los jueces nazis alemanes es una calamidad
para nuestro país. Una aceptación la de elPedroQué?
contradictoria, a todas luces, con un hombre de Estado, al que se le debe suponer congruencia en sus palabras y en
sus actuaciones. Calificó al xenófobo elQuinito,
presidente de la Generalidad, como
al “Lepen” español y, a la vuelta de
la esquina que se lo ha encontrado, poco menos que son amigos del alma. ¡Hasta
el fray socialista Bailón, Iceta, se lo quiere llevar a cenar, o
donde sea menester!
Por otro lado, que elPedroQué? lo invite a sus casa –La Moncloa-, que es la casa de todos
los españoles, no tiene nombre. Pero, el apoyar el 155 y actuar como está
actuando ahora, con su particular “operación diálogo” con los golpistas,
resulta humillante, principalmente para él, por su contradicción interna. Pero,
a lo que se ve, su manera de llegar a ser presidente del país, y a como está
actuando a favor de los golpistas, le da igual España, a la que quiere convertir –si alguien no se lo impide- en
una nación de naciones.
No sabe Sánchez que todo ese papelón vergonzoso en
favor de los golpistas no le va a servir de nada. Al final, lo van a
traicionar; de hecho, ya lo están haciendo. Pese a llevar a los golpistas
encarcelados a prisiones catalanas, a regalarles dinero –de nuestro dinero-, a
pactar con el gobierno alemán la sentencia del tribunal nazi para juzgar a los
golpistas solamente por malversación, al final, y pese a todo, lo van a
traicionar; está en su ADN y en su
mala entraña.
Si hasta su propio ministro de los Exteriores, Pepe Borrell, se lo está cantando. No encuentra ni un ápice de
cambio de actitud en el Gobierno catalán, del nazi elQuinito, al fin y al cabo,
la “voz de su amo”, que no es otro que, ya saben, elPuchi. Un descerebrado
metido a “santo y mártir” por otro descerebrado, como lo es Arturo Mas. Y Sánchez pasando de todos;
bueno, acaso no lo pase tanto de Borrell.
Veremos.
En todo este proceso que se avecina de reclamar a
instancias europeas el juez Llarena, éste no estará sólo. A parte de las
instancias jurídicas españolas contará con el apoyo de VOX, el partido de Abascal,
al que ya ha pedido elQuinito a Sánchez que
lo “desactive”. Vox ya ha anunciado que, pese a viento y marea, o sea, que a
pesar de las amenazas que sufre constantemente por los golpistas y el silencio
vergonzoso de los partidos constitucionalistas, logrará que los delincuentes
sean juzgados por rebelión. Con un par, como el juez LLarena.
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