Era lo que nos faltaba, darle escolta oficial al “hombre
bajito y cabreado”. Sí, que eso es lo que ha exigido elQuinito, poder enviar unos cuantos mocetes de Escuadra a Bruselas pagados con dinero público –dietas incluidas- para dar
protección a elPuchi, allá en Bélgico por donde quiera que ande. ¡Jé, jé! Parece un
chiste malo, muy malo, pero es una realidad. Sólo nos faltaba, ya digo, que un
delincuente, prófugo de la Justicia
española, dispusiera de “guardasespaldas” españoles, pagados con dinero del
erario público. Estoy convencido de que estos nacionalistas son tontos, y como
la mujer del César, hasta lo parecen.
No deja de ser una anécdota más de estos nazis
supremacistas. Otra gilipollez de tantas a las que nos tienen acostumbrados. Lo
que no es aceptable es que el gobierno español, a través de los ministerios de Interior y Exteriores, es decir de Marlaska
y Borrell, le haya respondido a los
golpistas que no, que elPuchi es un prófugo
de la Justicia española y, poco menos, que estaría mal visto. Así, de manera
suave.
Pero, oigan, que al igual que el Gobierno de Sánchez le ha respondido que no, que,
en fin, eso no puede ser, podría haberle advertido al xenófobo elQuinito el día
que elPuchi regresó a Bruselas, que
ni se le ocurriera darle entrada en lo que los nacionalistas consideran “embajada”
en el cuchitril que poseen allí. Al fin y al cabo es un local español, que
puede que también, o no, suelo español. En cualquier caso propiedad de España sí qué es, y se le permitió al “hombre
bajito y cabreado” hasta dar una rueda de prensa en su interior. ¡Por dónde
andarían Borrell y Marlaska ese día! No hay güitos.
Encima sale el “atontao” ese de elQuinito anunciando
que no va a aceptar una sentencia de escarmiento por el UnoaCero como si nada y pronostica “tormentas” por ello. Eso es el
respeto a la Justicia desde el poder político catalán, el de los golpistas, y
la amenaza de estos pacíficos de pacotilla. No es de extrañar que no se
reconozca como presidente de la Generalidad
cuando se mira al espejo. En efecto, sólo ve al hombre de cromañón en estado
puro, el que se le refleja en el espejo.
Lo que hay que aguantar de esta gentuza. Y nos lo
cuentan, además, coincidiendo con la salida de prisión del hijo de su mamá, del
sanguinario etarra Santi-Potros.
Treinta y un años se ha pasado en prisión el asesino de cuarenta y una
personas. A unos nueve meses de cárcel por muerto, y esos sí que no pueden
salir del cementerio. Él sí ha podido salir de entre rejas. Al asesino le faltó
tiempo para llegar desde Topas (Salamanca) a las provincias vascas para
darse una opípara comida. Después le vendrán los homenajes y la apología y
enaltecimiento del terrorismo y la incitación al odio.
Un día triste, sin duda, para todas las víctimas del
terrorismo y todo español de buenos sentimientos. En fin. En estos casos es
cuando se plantea la necesidad o no de la Prisión
Permanente Revisable.
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