El CGPJ, contra Sánchez

De miserables es poco calificarlos. Los exconsejeros de la Generalidad encarcelados y los Jordis, es decir los golpistas, han firmado una carta conjunta en la que felicitan a los mocetes de la Escuadra, dirigidos entonces por Trapero, por lo que consideran una gran labor la realizada tras los atentados del 17A, mientras que acusan a las Fuerzas de Seguridad del Estado -Policía Nacional y Guardia Civil-  y al propio Estado de falta de colaboración y al Centro Nacional de Inteligencia (CNI) de mantener una estrecha relación con el imán de Ripoll, al que se considera líder ideológico de los atentados de ese día.

Ya digo, miserables y mentirosos de la caca. Todo lo que hace o toca esta gente se convierte en caca pura. ¡Hasta huele! Al igual que los vascos de Urcuyu, que tienen por ADN la traición, esos golpistas tienen el de la mentira y la burda y asquerosa manipulación. Sólo se les ocurre, después de un año, proferir estas denuncias y descalificaciones. ¡Un año! Si fuera realmente verdad, serían ellos más delincuentes que a los que acusan y difaman. Claro, difama que algo queda.

Esta gentuza no se la merecen ni tan siquiera aquellos fanáticos que defiende a ultranza la independencia catalana. Están engañados desde niños, desde las enseñanzas sectarias en las escuelas; pero, aún así hay algún convencido de que, con paciencia y con tiempo, se les puede arreglar el chip averiado. A los golpistas epistolares, no; porque, sencillamente, lo único que persiguen es el dinero y, a través de él, el poder. Los fanáticos se la sudan, sólo les sirven para sus malévolos fines.

De todas formas, qué se trajinarán en el interior de las prisiones donde se encuentran encerrados -o no- los golpistas. Porque muy poco trasciende de su vida interna en ellas, o de medio pensionistas. ¡Vaya usted a saber! Nadie nos ha asegurado que estén en prisión durante todo el día y vuelvan a ellas para dormir, o al revés. No hay que olvidar que las presiones en Cataluña dependen de la Generalidad y que ese organismo de poder está presidido por el nacionalista y separatista elQuinito -potencial golpista en breves-, que sólo sirve a la voz de su amo, "el hombre bajito y cabreado", como lo conocen en la Alemania de su protectora, Merquel.

Hombre, lo que sí sabemos es que los golpistas están en las cárceles, por lo menos, en los momentos en que llaman a los medios de comunicación para encontrar más eco. Así, sabemos que han dado a conocer desde allí esta sucia carta contra las Fuerzas de Seguridad del Estado; otra cosa es dónde se haya redactado y por quién. También sabemos que, al menos en el momento de recibir a Urcuyu, Yunqueras estaba en Lledoners. La recepción fue de carácter "oficial", porque la entrevista se produjo en una sala y no en el locutorio, que es lo habitual. O sea, con honores de Estado. Lo mismo sucedió con la reciente visita de la alcaldesa de Barcelona, la podemita Colau.

Los jolgorios que se puedan traer en las prisiones los golpistas sólo los saben ellos, y los que los custodian, la Generalidad.

También el que se lo pasa estupendo es elPuchi, allá en su casa de Waterloo, en la denostada Bélgica, con su jueces y su ministra de Justicia corruptos y protectores también de "el hombre bajito y cabreado". Hasta la mansión del golpista se ha desplazado también la histérica musa de los golfos golpistas, laRahola, de la que sólo escribir su apellido repugna. Sólo le faltó la presencia de Trapero, arrancándose por Serrat y una paellita. Habría sido el punto de recuerdo de la "fiestuqui" en el chalé de la loca.
Por cierto, esta elementa estará que brama, o gritando, histérica para el caso, por el apoyo que el juez Llarena -instructor del sumario de los golpistas- ha recibido esta misma tarde del Consejo General del Poder Judicial. El organismo judicial español ha aprovechado, para pedir a elPresiSánchez que defienda "la integridad de los jueces españoles". ¡Casi nada!