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miércoles, 15 de agosto de 2018

Reto de Justicias


Lo de los belgas, ya está bien. Se están pasando con España, y al igual que hizo que no hizo el exPresiRajoy, así sigue, igual, el nuevo presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Ninguno de los dos le plantó cara al gobierno belga, ni al alemán, para “rescatar” de entre sus garras al “hombre bajito cabreado”. Antes y ahora sólo ha tenido arrestos para ello el juez Llarena, instructor de la causa contra los golpistas. Hasta que, al final, ha tenido que ser el juez quien pida amparo al Consejo General del Poder Judicial, ante el ataque “planificado, grosero y fraudulento” de la demanda de los golpistas contra él, presentada y admitida en Bélgica.


Lo de estos jueces belgas es de juzgado de guardia. Se conoce que ya no les divierte –por pesados y ridículos- lo de hacer interminables filas los fines de semana para comer patatas fritas y mejillones, y, de paso, armar bronca con los que se cuelen, que lo hacen aposta para tener la suya correspondiente con los que guardan la cola. Son como niños haciendo el tonto, pero en adultos, que parecen “atontaos”.

Menos mal que España ni se ha dignado a rellenar el formulario que el juez belga ha remitido a nuestro país para “trincarse” a Llarena. Es que, oigan, tiene el belga un morro como de aquí a aquella farola, que ha citado al juez español para que acuda a declarar a Bélgica por una reclamación que ha presentado el huido y delincuente golpista de la nuestra Justicia, elPuchi.

Estos belgas tenían que ser golpistas –porque parece que vocación de ello hay, se saltan las leyes europeas a la torera, como cuando se le reclamó la extradición de elPuchi, y, para jorobar más quieren tomarle declaración a Llarena. Por supuesto que, para viajar a Bruselas por eso, mejor se queda en casa y desenmascara a sus homólogos belgas, una vez más, como lo que son, unos petimetres.

Más o menos así han quedado ante Europa el presidente de España, elPedroQué?, y el xenófobo y “tontales” presidente de la Generalidad. Éste trataba de quedar como un mandatario más de la Unión Europea ofreciendo tres puertos catalanes de atraque para el Aquarius y Sánchez le ha “endilgao” unos sesenta migrantes, ciertamente, pero queriendo vender la moto ante los socios de la Unión de que el asunto se ha resuelto gracias a su intervención. Ninguno se ha llevado el más miserable mérito. Macron, el francés, que es más listo que los dos juntos, y les ha dicho “quietos paraos”, que para presumir aquí estoy yo, que me valgo solito. Y punto pelota.

Ambos dos han quedado en evidencia, que parece que es lo que se lleva ahora entre los políticos españoles. Es el caso de los de laPepé, que denuncia –ya era hora- que Sánchez ha colocado desde que ganó la moción de censura a más de quinientos amigos, o conocidos de su entorno, en cargos de responsabilidad en el aparato paralelo del Estado. Coño, como si Rajoy no hizo lo propio, porque a mí y a mis amigos no nos han llamado ninguno de los dos. ¡Vaya descubrimiento!

De lo de la cosa suya de la mujer de Sánchez, la contratación por parte del Instituto de Empresa, para ocuparse de África –a ver si la salva- con más de cinco mil euros al mes debajo del brazo nada dicen los de laPepé. Se limitan a argumentar que van a tener más “elegancia” que la que ha tenido laPesoé con estas cuestiones, en alusión a los másteres de Pablo Casado. Pero es que no se trata de elegancia o no, se trata de denunciar y esclarecer. No lo tiene claro laPepé, todavía.

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