De momento, todavía no. Habrá que esperar unos días,
no muchos, probablemente, para que en el Ejecutivo
de elPresiSánchez salte la chispa de
la disensión. O no. ElPresi ya ha lanzado por delante a la delegada gubernativa
en Cataluña, laSeñáCunillera. Le ha mandado soltar lo del indulto para los golpistas,
una vez que sean condenados, y que ellos lo soliciten. Una manera de palpar lo
que se cuece por ahí y por entre los integrantes del Consejo de Ministros. Con lo del indulto Sánchez amortigua un poco las exigencias del nazi catalufo, aunque
los golpistas apuran a tope para que éste ordene a la fiscalía –la fiscala-
para que no sean juzgados los golpistas por rebelión.
En cualquier caso, los golpistas siguen ganando tiempo
para otros menesteres y distrayendo a Sánchez, al que, en el momento en que menos
lo espere, le armarán la envolvente. De momento están logrando que en el
Gobierno de Sánchez se instaure la disensión y entre los españoles el cabreo,
que va en aumento contra los golpistas y contra el propio Sánchez. Un
batiburrillo, vamos. A río revuelto, ganancia de pescadores; en este caso, de
oportunistas.
Por un lado, están los ministros que se inclinan
por que los políticos presos puedan
estar en libertad condicional, como laMaricheli
–la que se murió Dios por ella-, la vicepresidenta –laMentirosa-, Carmen Calvo,
incluso Borrel, elFalsete. Por otro, nos encontramos al jefe de los socialistas
catalanes, que aparenta también ser el jefe de Sánchez, fray Bailón, Iceta, y la delegada Cunillera,
partidarios del indulto; con estos últimos, se supone, que también Sánchez,
porque, si no fuera así, a la paleta Cunillera ni se le habría pasado por la
imaginación lo del indulto, ni eso, ni nada.
A lo que aparenta, el ministro de los Exteriores, Borrel, se le están
hinchando las narices de tanto compadreo de Sánchez con el de cromañón, elQuinito. Dicen que se lo cuenta a
todo aquel que se lo quiere escuchar: Sánchez está dando demasiado carrete a
los golpistas, y cuando se quiera dar cuenta los golpistas estarán fuertes,
serán, de hecho ya casi log son, los dueños de la calle y difícilmente se les
podrá parar cuando se dicten las sentencias por el Golpe de Estado. Entonces, no habrá amigos, ni amiguetes. Habrá lo
que sólo se puede esperar de una situación que cada día más se le está yendo de
las manos a Sánchez. Habrá el caos.
No obstante, y aunque Borrel aparente estar muy “cabreado”
con la actuación de Sánchez para con los golpistas, el asunto sigue sin estar
claro. Bien es cierto que Borrel ha defendido por el mundo –más que el
presidente del Gobierno- la democracia y la Justicia españolas y a los administradores de la misma, o sea a los
jueces y, en particular, al juez Llarena
Sería absurdo que se le concediera a los delincuentes el indulto o que se
accediera a que el Gobierno instigara a la Fiscalía
para que se levante el delito de rebelión. Estaríamos haciendo un pan como unas
“ostris”, porque si se les va a juzgar por el de malversación, ya tendríamos
aquí, desde hace tiempo, hasta a “el hombre bajito y cabreado”, elPuchi.
Cabe, no obstante, la posibilidad de que este batiburrillo
de declaraciones de unos y otros miembros del Gobierno sea tan sólo un
entramado más de los que se montan los de laPesoé.
Conociendo cómo se comportan los dirigentes de laPesoé –sean quienes sean en un
momento determinado- no es de extrañar. Están ganando tiempo, distrayendo al
personal con lo que aparenta ser una “guerra” interna y lo que están logrando
es ganar tiempo, su tiempo, ante la ciudadanía. Si quieren, llamémoslo otra
cortina de humo. O no. Pero, sinceramente, no son gente de fiar. O algunos sí.
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