La manifestación reivindicativa de la asociación “Hablamos Español” no pudo concluir su
recorrido donde tenía previsto, la Plaza
de la Universidad, en Barcelona.
Los indeseables secesionistas de los CDR
–Comités de Defensa de la República-
lo impidieron. Estos independentistas, que se autocalifican de demócratas y
pacíficos, tomaron la plaza y cortaron los accesos a la misma para que los que
hablan español no pudieran expresar su oposición a la inmersión lingüística,
que más que inmersión es una imposición de los independistas, el odio de estos
contra todo lo que signifique España.
Estos secesionistas no respetan nada, ni a nadie. Los
manifestantes tenían todos los permisos para realizar su recorrido, pero se
vieron forzados a desviarlo para terminar en otra plaza cercana, ante la
presencia masiva, como siempre, de estos cobardes que todo lo hacen en grupo,
en manada. Pero, si cabe, más dramática fue la advertencia que un jefe de los Mocetes de la Escuadra le hizo a la presidenta de la asociación “Hablamaos Español”,
en el sentido de que si los manifestantes accedían a la plaza todo terminaría
en “una batalla campal”.
¡Manda huevos! Si es que no se sabe si los que tomaron
realmente la Plaza de la Universidad fueron los mocetes de la Escuadra –cuerpo policial,
que ya debería estar disuelto- o los secesionistas –los que se creen pacíficos
y demócratas-, o es que, en realidad, son todos los mismos. Porque, hombre, si
los buenos tenían los permisos, lo más lógico y natural es que los de la
Escuadra los hubieran protegido. Pero, no. Está visto, y más que comprobado,
que los malos pueden campar a sus anchas, con total impunidad, por Cataluña y que los mocetes de la
Escuadra o les tienen miedo o son sus compinches. ¡A ver, que demuestren lo
contrario!
Mientras que el Gobierno
de España, ahora ocupado y preocupado por la tesis de elPedroQué? no lo
remedie así es y seguirá siendo. Sólo hay que ver por dónde va la línea de elPresiSánchez. Antes lo expresó el ministro
falsete, Borrel –el que afirma que
Cataluña es una nación-, y le ha sobrado tiempo a la ministra, catalana, Maricheli –ya saben, la que se murió Dios por ella- para lo mismo. Preferirían
que los políticos golpistas presos estuvieran en libertad. A este deseo se irán
uniendo, seguro, otros ministros, lo que es una manera de presionar y coaccionar
al poder judicial. Aunque algún destacado dirigente socialista catalufo, ha ido
todavía más allá y ya pidió hace tiempo la amnistía para los políticos presos.
Fray Bailón Iceta terminará calificándolos
como presos políticos. Al tiempo.
Jó, para Maricheli,
Es un fastidio, a ver, jobar, es que así no se puede negociar políticamente. Pero,
claro, si se presume de político, hay que pencar con esas y con otras más
difíciles. Si no, no tiene ni gracia ni mérito. Pero, está visto, Maricheli no
lo entiende; no le llega para más. Insiste, insiste y no se da cuenta, como Sánchez,
de que la envolvente de los golpistas se va tupiendo cada día que pasa, y van
ganando tiempo, mientras distraen al Gobierno Sánchez, que ni aplica el 155 en
Cataluña, ni convoca elecciones Generales
en España, pero sí da por concluida –como
Blas- la crisis de su tesis doctoral;
por supuesto, nos quedaremos sin sus explicaciones en sede parlamentaria.
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