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miércoles, 28 de noviembre de 2018

Ataque mortal de los patinetes eléctricos

Es que se veía venir; sólo era cuestión de tiempo. Una anciana señora nonagenaria ha sido la protagonista y la víctima -sin quererlo- de un atropello mortal por un patinete eléctrico. A lo que parece es la primera víctima mortal que se produce en España por atropello de uno de estos endiablados artilugios. El hecho ocurrió en agosto -y nos enteran ahora-, en la localidad catalana de Esplugas de Llobregá, cuando un patinete conducido por dos jóvenes arrolló a la anciana, que se golpeó en la cabeza al caer al suelo por el impacto recibido por el "vehículo".
Por contra, también una mujer de cuarenta años de edad que conducía uno de estos artilugios fue la primera en fallecer en España, cuando fue atropellada por un camión. El suceso se produjo hace un mes, y también en Cataluña, concretamente en Sabadell. Así se van haciendo las estadísticas, pero que provienen de casos reales, muertes que, como las que se producen en los accidentes de tráfico, dejan familias destrozadas.
Estos patinetes, vehículos de moda, y al fin y al cabo un medio de transporte que puede alcanzar más de cuarenta kilómetros por hora, pueden -de hecho, ya vienen siéndolo- constituirse en el terror de los peatones y el horror de los conductores cuando este nuevo medio de transporte circula por las carreteras y calles y avenidas de las ciudades. Ya tenemos las dos primeras víctimas mortales -que se sepa- desde las dos vertientes: peatón y conductor.
Si alguien no lo remedia -las autoridades, por supuesto- la estadística que hoy es tan sólo de dos muertos puede incrementarse de manera considerable en un futuro. Mal para los peatones que se sienten impotentes para esquivar a estos "demonios", y ya no les digo cuando el ataque se produce a "traición", por detrás. Lo cierto, lo estamos viendo todos, es que este nuevo medio prolifera día tras día, con el aumento de riesgos físicos, hasta puede producir muertes -ya lo hemos podido comprobar- o lesiones graves a los viandantes; pero, tampoco están libres de lo mismo -igualmente se ha podido comprobar- los propios conductores de los "chismes".
Cualquiera -de cualquier edad- puede conducir uno de estos artilugios; unos alcanzarán más velocidad que otros, pero, en cualquier caso, el peligro es inminente, y va en aumento, porque se incrementa considerablemente -incidimos- el número de patinetes que cada día se mueven por las ciudades, prácticamente de manera incontrolada y por cualquier parte. Por esa razón, y por lo que se nos puede venir encima, urge su control. El peatón, ya lo hemos indicado, se siente impotente ante las embestidas y ataques continuos de los patinetes; mientras, los propios conductores lo hacen totalmente desprotegidos, porque para su conducción parece que no se requiere ni permiso, ni atuendo especial y ni tan siquiera un casco protector como el de los ciclistas, pese a que el "demonio" eléctrico alcanza mayor velocidad que las bicicletas. Por ciudad y por calles peatonales.
Ya pueden espabilar los políticos para "normalizar" este medio de transporte, porque lo que hay hasta ahora se presupone insuficiente. Hoy hemos tenido que llorar por la primera víctima mortal del "ataque" de los patinetes; hace un mes, por la primera víctima mortal conductora de un patinete, arrollada por un camión. Todavía no sabemos los atropellos que se hallan podido producir ocasionado lesiones graves a peatones y también desconocemos los "conductores" que hayan podido lesionarse. Pero, lo cierto es que esto se regulariza con sentido común o tendremos que lamentarlo de veras.

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