Desde este
sábado, la localidad zamorana de Puebla
de Sanabria será el pueblo mejor iluminado de España. Lo ha conseguido por
méritos propios y gracias al concurso navideño anual de la marca Ferrero Rocher, la de los bombones que tanto
y tanto promocionó Isabel Preisler.
El “Envuelve de luz tu pueblo” se ha
hecho una realidad para los sanabreses de la tranquila Puebla, que en estos días de la entrañable Navidad se verá invadida por cientos de personas que se llegarán
hasta allí para contemplar la iluminación. No saldrán defraudados, ni por las luces
ni por el propio pueblo. Una maravilla para la vista y una extraordinaria
gastronomía.
Lo de su
alcalde, y senador socialista es otra cosa. José Fernández Blanco hizo también famosa a la villa de Puebla de
Sanabria, a su manera, claro. Fue por allá, por marzo de 2015, cuando José
Fernández, más conocido por sus vecinos como Pepe, alcanzó gran protagonismo y notoriedad –hasta se la quitó a
su jefe de entonces, el mismo que el de ahora, jéjé, elPresiSánchez, aunque entonces Sánchez –que diría laViceCalvo- era otro, que no era
presidente del Gobierno de España, sino un secretario general de laPesoé, de capa caída.
Bueno, pues eso,
que Pepe expuso ante una asamblea socialista celebrada en Sanabria sobre el
futuro de los pueblos, que estaba “acongojao”, vamos que los tenía en la
laringe, porque los de laPepé de la zona lo tenían amenazado y se lo iban a
llevar al paredón y a pegarle dos tiros y, luego, a echarlo del pueblo. La
sangre no llegó al río, visto que él todavía sigue por ahí, aunque poco debía preocuparse
por si lo echaban del pueblo. ¡Total, después de que le dieran dos tiros! Algunos
dirían el matarile. Como decíamos entonces: la cebada al rabo.
Que eso, que
serán muchos los visitantes que tendrá Puebla de Sanabria, cabeza de comarca,
de la región de su apellido. Y Pepe, como alcalde, podrá presumir de pueblo,
como todos los zamoranos. No le sucede lo mismo al alcalde de Zamora, capital de la provincia. Es Zamora la antítesis de Puebla de
Sanabria, en lo que a la iluminación navideña se refiere. Merecerá la pena
visitar las dos localidades y observar el puro contraste entre la una y la
otra.
Los sanabreses
se han ganado el premio de Ferrero Rocher, insistimos, por méritos propios. Se
lo han trabajado bien. Pero, si no lo hubieran ganado, Puebla seguiría siendo
un “vergel” comparada con la capital, Zamora. Eso sí, los zamoranos de la “capi”
no se merecen la “mierda” de iluminación que su alcalde, el ultra izquierdista Guarido, les ha colocado. Una
ridiculez, como viene haciendo desde que es el regidor de la ciudad, el único
alcalde de Izquierd Unida de capital
de provincia en toda España. ¡Manda güevos! Y lo es legal, sí, como Sánchez
presidente del Gobierno, pero, al igual que este, pero no legítimo. El partido
más votado fue laPepé, pero los de laPesoé de Demetrio Madrid prefirieron que gobernara la ultraizquierda –y ellos
en coalición- a pactar con los populares.
Parece que las
goza el de la ultra izquierda, el comunista, con reírse de los zamoranos, de
sus paisanos. Porque si miserable es la iluminación de las calles, de seis o
siete en total, Guarido ni se ha molestado en colocar, aunque sólo fuera, un
pequeño nacimiento en la Plaza Mayor,
aunque sólo fuera por respeto a los cristianos. Pero no sólo no ha hecho eso,
sino que, a modo de burla y escarnio, y en un espacio solitario de esa plaza,
ha mandado colocar un pino o algo así con unas lucecicas y lo que parece ser un
papá Noel de luces, acompañado de
una figura, que no se sabe ni a quién representa y una despreciable casa, que
ni siquiera utilizarían, ni aunque los hubieran desahuciado, Blanca Nieves y sus enanitos; tampoco
tendrían espacio en ella para guarecerse de los fríos y heladas de las noches
zamoranas, que no toledanas.
En esto y en
todo lo que refiere a las costumbres de los zamoranos, bien sean religiosas o
bien profanas, ya ha quedado más que patente el desprecio por ellas del alcalde
comunista y, por ende, de los zamoranos. En cualquier caso, está más que
demostrado que el de extrema izquierda no sabe estar ni comportarse en público.
Hasta es capaz de polemizar con una ciudadana y poco menos que insultarla. La ciudadana,
por educación y vergüenza ajena, se calló. Así le va a los zamoranos. Si
alguien quiere ver una iluminación miserable, que se pase por Zamora, de camino
a Sanabria o de vuelta de la luz. Sólo intuirá decadencia y malas sombras ¡Pero,
alegría, que llega la Navidad.
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