Altura de miras

La cosa se pone chunga, oigan. Los de Vox han elevado el tono y exigen a los peperos -y por tanto a los Ciudadanos- lo que los de Casado no parecen dispuestos a admitir. Lo cierto es que los de Abascal no piden nada que no se conociera ya, porque la mayor parte de sus propuestas está en su programa y, lo que no, era fácil de intuir. Todavía hay que esperar a que termine la negociación y si esto que propone Vox, inaceptable para laPepé, son exigencias para antes o después de la investidura en Andalucía. O sea, si Vox votará a favor del candidato pepero y lo demás ya se verá.

O, cabe la otra posibilidad, la de que haya que volver a repetir elecciones, por un lado, o que los Ciudadanos puedan plantearse una negociación con laPesoé y estos con los podemitas, como ha ocurrido entre laPepé y Vox, toda vez que los de Casado y Rivera tienen cerrado ya el pacto para la investidura. En política, y de los políticos, se puede esperar de todo. Si se volvieran a repetir las elecciones andaluzas, cada cual a lo suyo. Podría volver a repetirse la misma situación; otra vez a lo mismo, aunque con las cartas ya descubiertas de cada cual, y en todo lo alto. Todas  las posibilidades quedarían abiertas.

A la lozzzana andaluzzza se le abriría una nueva oportunidad para reengancharse a la silla, con la ayuda de los de la extrema izquierda podemita y, quién sabe, los Ciudadanos, que ya dieron su apoyo a la socialista en la anterior legislatura. Por la izquierda, elPresiSánchez ganaría en cualquier caso. Si la lozzzana pierde, Sánchez agrandaría su poder en laPesoé; si la lozzzana gana, gana laPesoé de Sánchez.

Si ganan los del bloque de la derecha -laPepé, Ciudadanos y Vox-, volveríamos a lo anterior, porque el orden de factores no altera el producto, a no ser que uno de los tres lograra la mayoría absoluta por sí mismo -algo harto difícil, pero no imposible-, o que los Ciudadanos, como queda dicho, volvieran a pactar con laPesoé, suponiendo que entre ambos obtuvieran la mayoría absoluta.

Lo más razonable, o lo más lógico, es que Vox, el partido emergente, muestre su altura de miras y contribuya con los otros dos partidos de la derecha a votar al candidato pepero, junto a los Ciudadanos, pese al profundo y continuo desprecio de los de Rivera hacia los de Abascal. La apuesta de Vox, ciertamente, es muy exigente, pero siempre hay tiempo para su moderación en algunos aspectos. Lo importante para la derecha es poder elegir al candidato de laPepé como presidente de Andalucía. Se acabaría la hegemonía socialista de casi cuarenta años en esa región. Los varones de laPesoé pondrían las barbas a remojar.