Bolsonarizado

No saben los socialistas  si reír o llorar u ocultarse por vergüenza ajena. Es que no se le ocurre otra cosa a elPresiSánchez, que ya lleva tantas visitas a Barcelona como el nazi xenófobo presidente de la Generalidad a Waterloo -ambos, por supuesto, con cargo al erario público-, que asemeja a los de laPepé y a los Ciudadanos con los "Voxonaros" de la política española y de que los tres juntitos pretenden involucionar España y retomar el pasado. No podían faltar en su arenga, es decir estar de cuerpo presente, el fray Bailón -que es como un cáncer- y la ministra, catalana toda ella, laMaricheli.

Ellos sí que están bolsonarizados, y lo saben. Pero recurren al repítelo constantemente, para hacer de una mentira verdad, como los de la extrema izquierda podemita; al fin y al cabo, los extremos se juntan: una involución, una vuelta atrás de la que supo salir en sus tiempos Felipe González, cuando se deshizo del apellido marxista. Pues, este, elPedroQué? nos quiere involucionar acusando a los demás de que son ellos los retrasados; la realidad es que lo suyo, de Sánchez, es de puro retrógrado.

Porque, manda bemoles la cosa, y habrá que repetirla cuantas veces sea necesaria, para que no se olvide, ni tan siquiera un momento: Sánchez se subió a la poltrona de manera legal, pero ilegítima, con los votos de la extrema izquierda podemita, la de los en potencia golpistas de laPeneuve -estos, ya saben, traicionan siempre- los etarras de Bildu y, para completar el cuadro, los golpistas catalanes. ¡Menuda tropa!

A todos ellos elPresiSánchez les está regalando prendas y dádivas. En especial a los golpistas catalanes, en detrimento de otras autonomías. Son los que insultan a los españoles y a nuestra bandera. Son los que se pasan por el forro todos los dictámenes judiciales. Son los que utilizan el dinero público para sus fines partidistas, y algunos para los suyos propios particulares. Son los que declaran al rey persona non grata en su propio reino. Son los que en representación de los golpistas recibe el presidente de España, al golpista con su churro amarillo en el pecho en el palacio de La Moncloa. Y tantas y tantas otras cosas más, que casi rozan el infinito, sin olvidar, por supuesto, el posible indulto que prepara para los golpistas.

Es Sánchez, por tanto, el mayor traidor a España, como bien lo caló y se lo dijo en público el líder pepero Pablo Casado, al que ya ni habla, pese a ser el líder de la oposición. No se molesta Sánchez en desmentirlo; tampoco puede. Sus desmanes ahí están. El que llegó para echar a Rajoy y convocar elecciones generales, ha vuelto a ratificar en Cataluña que se esperen sentados los que así lo creyeron, porque va a quedarse hasta 2020. Una vez que arregló el cocido familiar a perpetuidad -porque ya se cree Dios o Kennedy, que todavía no ha aclarado a quién le gustaría parecerse más-, lo mismo le da que le da lo mismo digan lo que digan los demás. 

Ahora Sánchez está a partir un piñón con Cataluña; más bien, con los golpistas. Mañana lo será con los independentistas vascos, que deseando están el traspaso de las cárceles, para dar cobijo y hotel a los asesinos etarras, al igual que los independentistas catalanes han hecho con los golpistas. De hecho, los republicanos, golpistas catalanes, se han manifestado de nuevo con  el etarra elGordo, Otejjji, exigiendo ese traspaso de competencias.