Con los niños no se juega

¡Manda huevos, con el rey negrito de Andoain! Ya le vale al tipejo. En un plis acabó con la inocencia y la ilusión de todos los niños del pueblo. Sólo le faltó llevárselos, como el flautista. En su alocución desde el balcón del ayuntamiento el rey negrito les dijo: "que sepáis que los padres son los reyes". ¡Valiente joputa! Los papás deberían pedir responsabilidades al alcalde de la localidad, que diga este si las necias palabras del negrito las soltó de motu propio o estaban dictadas por el primer edil. ¡A quién se le ocurre semejante barbaridad! Con los niños no se juega.

En cualquiera de los casos habría que depurar alguna responsabilidad, moral o política, o ambas cosas a la vez. Incluso, si cabe, poner el hecho en manos del fiscal por ver si el joputa ha cometido un delito. ¡Jéjé! Como ha hecho el Gobierno del elPresiSánchez al tener conocimiento del vídeo que laPepé -a través de algún imbécil de ese partido- colocó en su página oficial, donde un niño deseaba y pedía a sus majestades los reyes de Oriente la muerte de Sánchez.

Lo más lamentable, barriobajero y ruin es que se utilizara a un niño para tal felonía. El autor, un alguien, que se dice humorista, ha pedido disculpas -que no perdón- por tan descabellada idea, aduciendo que es sólo humor. Sí, claro, como el de elMateo ese de laSexta, cuando se sonó los mocos con la bandera de España; también es humor -eso dicen él y sus compinches-, pero todavía no hemos visto al catalán el más mínimo ultraje a la estrellada. ¡No tiene güitos para ello! Bueno, ni para ello ni para otras muchas cosas. No sabe el tipejo que a todo marranico le llega su San Martín.

A estos nacionalistas, que siempre andan buscando qué inventarse para que se hable de ellos parece que se les ha vaciado todo el serrín y no les queda otro remedio que utilizar a sus hijos, a sus niños, los indepes del futuro para hacerse oír. Son tan ruines que colocan a los pequeños en las carreteras para interrumpir el tráfico, o los llenan de churros amarillos con consignas golpistas en el concierto del Liceo, o, como ahora, aprovechando estas fechas de la Epifanía del Señor para llevar al émulo del rey Melchor a TV3 -la tele pública pagada con el dinero de todos, pero convertida en la tele de los golpistas- para arengar a los niños catalanes: "ningún niño debería dejar de tener el beso de sus padres por fidelidad a unas ideas". Sí, sí, eso les lanzó a los niños. A los más pequeños el discurso se la refanfinfla; a los más mayores le abrió la puerta al proselitismo, a la mafia de los golpistas.

Quizá hubiera que avisar al fiscal, por si considera que existe algún contenido subliminal en el mensaje de Melchor. Pero es que los golpistas no se han parado ahí. Han vuelto a utilizar la cabalgata de los magos para atiborrarlos a churros amarillos, candiles con la bandera estrellada y demás. Bien es cierto que en esta ocasión toda esa parafernalia ha bajado de intensidad. La gente ya se está hartando de tanta gilipollez.

La que parece que este año se ha comportado como una verdadera cristiana es la alcaldesa de Madrid. La poemita -que dice que no lo es- de extrema izquierda ha preparado una cabalgata de lo más normal, de las de toda la vida, de las que entusiasma a los niños y conforma a los papás. Una cabalgata con los tres reyes magos, sin polémicas innecesarias. ¡Cómo se nota que en breves hay elecciones municipales! Y laSeñáManuela quiere seguir mandando y cobrando, sin hacer nada.