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jueves, 10 de enero de 2019

El pueblo ni perdona ni olvida

Ala, ya tiene para un "puñao" de años de gobernación el bolivariano Maduro, mientras en Venezuela continúa el éxodo al que no se le ve fin. El ultraizquierdista podemita elPabloManué no asistió, se supone, a la toma de posesión del rey Maduro; el podemita está de turno en el cuidado de los mellizos en Villa Tinaja. ¡Vaya por Dios! Los nuevos papás tienen sus nuevos derechos y sus nuevas obligaciones, aunque el papá este ya se preocupó en distanciarse, o hacer que se distanciaba, del bolivariano -por la cuenta que le tiene-, que preside uno de los países más ricos del mundo y donde más miseria y necesidades se ven entre sus habitantes.
Aunque, según el también podemita Íñigo Errejón las largas e interminables colas de venezolanos ante los supermercados para poder comprar alimentos se forman porque los ciudadanos quieren, porque es una manera de socializarse; vamos, de hablar entre ellos y hacer amigos, como en facebuc. O sea, una manera de pasar el tiempo. ¡Si él lo dice puede que así sea! O puede que sea una manera necia por su parte de hacer el ridículo. Al fin y a la postre no ha dicho que no asistía a la toma de posesión del cargo de Maduro, o, si se quiere a la prórroga de la dictadura.
Tampoco sabemos si al acto ha acudido otro de los fundadores podemitas, el tal Monedero, el que lloraba a lágrima viva cuando falleció el antecesor de Maduro; ahora bien, no se sabe si porque sintió su fallecimiento o porque se le podía acabar la bicoca venezolana. Así y todo, llenó la faltriquera con un buen puñado de dólares, alrededor de medio millón de dólares, que es una pasta, por si acaso. Lo que sabemos es que no estuvo presente ningún mandatario de la Unión Europea.
Ahora lo que le mola al podemita ultrizquierdista elPabloManué es cuidar de sus dos retoños en la tranquilidad de su villa, bien protegido por la Guardia Civil, durante las veinticuatro horas. Este que se alegraba, le subía la bilirrubina, cada vez que veía a un agente del orden público apaleado y tirado en el suelo por los manifestantes. ¡Quién lo vio y quién lo verá! Aún así saca tiempo para conceder alguna que otra entrevista para manifestar que los "hombres feministas follan mejor". ¡Orgullo machista!
Este hombre está que pierde el sentido con tal de figurar. Y lo que vendrá, porque como cumpla todo el tiempo que le corresponde como cuidador de sus mellizos cuando vuelva a la arena política se han olvidado de él hasta sus más incondicionales seguidores. Acaso vaya a tener razón la presentadora Mariló, a la que Iglesias, el autodenominado feminista, le encantaría, arrearle una paliza hasta hacerla sangrar, cuando dice de él que es un "marxista reconvertido y un psicópata". Mariló ni olvida ni perdona, ni está obligada a ello.
Por su parte, su otra media naranja, la también ultraizquierdista Irene Montero -Dios los cría y ellos se juntan- se reincorpora a la vida política, no sin antes dar ejemplo de la paternidad compartida, que está muy bien. Igual que estaría bien si dieran ejemplo con lo de su Villa Tinaja en Galapagar. Claro que una cosa es predicar y la otra dar trigo. Estos dos no dan ni los buenos días. 
La podemita Montero llega con muchas ínfulas, pero todavía emocionable tras el doble parto. Entre lágrimas anunciaba a las mujeres, las feministas suyas, que se acercan tiempos difíciles, porque laPepé y los Cius se han tenido que valer de Vox para lograr la mayoría absoluta y poder gobernar en Andalucía. En efecto se avecinan tiempos difíciles para los ultraizquierdistas podemitas, que cada día están más desprestigiados y sacan menos votos. El pueblo tampoco perdona -como Mariló- ni olvida.

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