Traductor

Buscar en este blog

miércoles, 23 de enero de 2019

Las compañías peligrosas

Cara dura sí que la tiene un buen rato el secretario de Organización de la ultraizquierda podemita. Por dos veces ha sido condenado por los tribunales por haber tenido un "ayudante" sin darlo de alta en la Seguridad Social y pagándole en negro. Bien es cierto que la multa impuesta -mil euros- es irrisoria para él, para su poder adquisitivo, para una persona que vive y habita en un apartamento en el barrio de Salamanca de Madrid. Pero ya lo ven, lo podemos oír también, sin entender -pero "nádená"- que no haya cogido ya la "pontante".
No se va porque no le da la republicana gana. Cierto, igualmente, que la Justicia española no lo echa. ¡Faltaría más! Sin embargo, hay algo que lo obliga a pirárselas desde el mismo momento en que se conoció la sentencia: el Código ético del partido de la ultraizquierda. Él no lo considera necesario, porque el Código existe y está ahí para que figure como tal; ahora bien, si existen motivos para su aplicación, mejor no menearlo, que para su interpretación ya está él, como secretario de Organización que es, y esa interpretación es que aquí no pasa nada.
Va mal elEchenique, el de la minga dominga. Y no digo más. Mal ejemplo da a los suyos: después de esa machada, atenta contra los intereses económicos y morales de su ayudante, no dimite por ello -pese a estar condenado por un tribunal y el Código-, se alquila un apartamento con perro en el mejor barrio de Madrid -no comparable a la casona de el ultraizquierdiasta elPabloManué, que menudo ejemplo- y ofende -la verdad, ofende muchas veces cuando habla- a su -hasta entonces compañero de partido, Errejón- al que afeaba seguir en el partido para poder comer hasta mayo. Este tiene de proletario lo mismo que elPresiSánchez ocupando La Moncloa. A ver si es que lo que le sucede a elEchenique es lo mismo por lo que afeaba al otro ultraizquierdista Errejón. Lo peor de todo es que desde el propio partido nadie le haya exigido la dimisión. Bueno, de tal palo tal astilla. A este respecto lamenta las palabras dichas, pide perdón y dice que no lo volverá a hacer. Pero, ni por esas.
El que sí ha presentado su dimisión ha sido el senador de laPepé por las Baleares y expresidente de esta comunidad autónoma, Bauza. Está el hombre muy cabreado por la política de consenso que mantiene su partido allí con los "indepes" baleares, apoyando una desmadrada inversión lingüística, hasta el punto de que no se sabe -o algo así mantiene Bauza- si queda algo de la lengua castellana en las islas frente al desarrollo y la obligatoriedad de utilizar el catalán.
Bauza acusa a laPepé de Pablo Casado, de llegar a "ser un actor fundamental en provocar que las islas Baleares acaben en la misma situación que Cataluña". ¡Muy fuerte oigan! La pena es que el señor Bauza no denunciara todo esto antes y después dimitiera -o no- como ha hecho ahora. En el fondo sólo le quedaban unos meses como senador balear, y va y lo suelta a estas alturas. Tampoco es que sea una heroicidad, vaya.
Al menos, ha puesto sobre aviso al nuevo presidente de laPepe, Casado, sobre el comportamiento de los políticos de su partido en las islas, que sí que es cierto que pasa de todo lo que diga Madrid, no sólo en la inversión lingüística, sino en otras muchas actuaciones, incluso algunos peperos de allí han mostrado su solidaridad con los golpistas catalanes. Pero, de esto ya sabe Casado. Lo que venga después ya sabrá él gestionarlo. El mismo caso se viene planteando en Galicia. Feijóo, el de las compañías peligrosas, a los suyo, a la chita callando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentar con respeto