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sábado, 26 de enero de 2019

Una acción barriobajera


Desengáñese el que crea que Sánchez y la su Begoñita, o lo que es lo mismo el matrimonio Sánchez-Gómez, se equivocaron de sitio en el Palacio Real el Día de la Hispanidad. Ni un milímetro tan siquiera. Estaban donde tenían que estar, en el mismo lugar que previamente les habían indicado sus asesores. No moverse de allí y permanecer junto a los Reyes, a ver quién era el guapo que les decía que ese no era su sitio. La cuestión era crear el precedente, después todo seguiría igual, como si allí no hubiera pasado nada, cuando lo cierto es que se habría creado el precedente que buscaban; después, daría lo mismo. El besamanos sería para los cuatro, para siempre jamás.


Manda güevos, las ganas que tienen los Sánchez de usurpar las funciones de los Reyes, y más que las funciones lo que les encantaría sería ser reyes. Pero, ojo, que menudos cataplines tiene la nuestra reina plebeya. ¡Como para dejarse acobardar! Ya se le ha plantado en más de una ocasión a la reina emérita Sofía. Así que a la mujer de rojo no le va a permitir que se le suba a la chepa.

La otra, la Begoñita, tampoco se queda para atrás, que, para morro, el suyo propio y el del su señor esposo, elPedroQué?, si es que hace falta, por eso de contar con apoyo. Pero, que tampoco es muy necesario, que ella se basta, acompañada de sus dos niñas, para arreglárselas. Y poco le importa –en eso también está de acuerdo con su marido- lo que digan los demás. Es algo así como  lo de la película de los maños, que ya podía pitarles el tren, que ellos no se iban a apartar. Algo similar.

Es que se conoce que Begoñita está aburrida de no hacer nada en el Instituto de Empresas o, por el contrario, está cansadísima. Fuere por una causa o por la otra, lo cierto es que a la esposa de Sánchez  le tira de lo lindo el Palacio Real. Ya no le basta con el de La Moncloa y se le queda corto el de La Zarzuela. Así que se planeó una nueva visita al Palacio Real; pero, fuera del horario e itinerario oficiales.

Desde el palacio de La Moncloa se avisó al Palacio Real que se prepararan los funcionarios que iban a tener una visita excepcional. La excepcional era la mujer del presidente del Gobierno y sus dos hijas. Las cucas de ellas llegaron a palacio unos minutos antes de cerrar, por lo que llegada la hora a los funcionarios no les quedó más remedio que permitir la visita de la pretendiente del Reino y de sus dos hijas, que la hacían a partir de ese momento como si fuera una visita de carácter privado.

A la señora de Sánchez y a sus dos “retoños” les gustan las exclusividades, en los conciertos, en las bodas, en los viajes y etecé; vamos, como si fueran la novia en la boda, el niño en el bautizo y el muerto y, a la vez, repicar, y si en la ceremonia fúnebre se ganan un óbolo, mejor que mejor, que no están los tiempos como para regalar.

La actitud de laBegoñita y sus niñas ha sentado muy mal entre el personal; ha sido una acción barriobajera. Muy  poco digna de alguien que espera, si no hablar a Dios un día, si sentarse en los sillones de los reyes. Ha sido, en definitiva, algo muy feo. Tanto de feo como la postura mantenida por elPresiSánchez en relación a la postura de España hacia el bolivariano Maduro, presiente de Venezuela. Casado y Rivera ya habrían reconocido como presidente de ese país al ciudadano Guaidó. El expresidente Felipe González también.

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