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miércoles, 2 de enero de 2019

Vacaciones a la turca

¡Pues anda, tú, cómo se ponen en La Moncloa por una preguntita de nada! La han "cargao", y bien, contra los plumillas. El caso es que los unos no se saben ni explicar y los otros no saben ni entender, sino que lo que hacen estos últimos es interpretar lo que no se puede entender. O lo que es lo mismo: la pescadilla que se muerde la cola. Unos no saben lo que leen, cuando resulta que los que escriben lo que escriben no tiene ni pies ni cabeza. Ya de por sí resulta complicado al que lee qué es lo que quieren decir los que escriben y, luego, escribir ellos lo que quieren que escriban los que han escrito antes lo que escribieron. ¡Vaya galimatías!
Pero, cuando alguien pregunta a cuánto ascendió el viaje de elPresiSánchez a Castellón para ver un festival, el de Benicásim, responden los que tienen que hacerlo que no llegó a trescientos euros, pues, eso, claro como el agua, uno se carcajea o, más modestamente, se ríe, sin ánimo de ofender, sino con la intención de divertir, que no es lo mismo o, en este caso, igual. Luego, como los que informaron escribiendo a los plumillas, para que estos informaran a la plebe, convencidos están los primeros de que lo hicieron bien y, por tanto, muy mal los que se dirigieron al vulgo. ¡Y vuelta a liarla! El que lo desenrede buen desenredador será. Y así.
Porque es que los gastos de 283 euros del viaje de Sánchez al festival eran los correspondientes al protocolo; pero, tampoco han aclarado los que lo tienen que hacer y tendrán que explicar qué es eso del protocolo -los del vulgo somos muy cortitos- y que cómo han logrado batir el récord en la rápida respuesta tardando tan sólo seis meses en ello. ¡Anonadados estamos! O es que hemos de pensar que son tantos los números -circenses y de los gastos-, que resultó ardua tarea identificar los del protocolo, o lo que sea eso.
Cierto, más que cierto es que del mencionado viaje sólo nos hemos enterado de que existió. ¡Faltaría más! y de que elPresiSánchez lo ha declarado secreto de Estado, para que no sepamos más sobre el mismo, ni tan siquiera quién lo acompañó en el Falcon, que ahí es donde en realidad se crece, y lo vive, Pedro Kennedy, sin que nadie se atreva a ladrar.
Raro, raro, raro. LaViceCalvo decía por entonces -para acallar las voces malévolas- que el viaje estaba previsto en la agenda del presidente y que era un viaje cultural. A renglón seguido, desde La Moncloa -se supone que los mismos de ahora, que estarían dispuestos a poner ante el paredón a los plumillas- aclararon a laVice que no era un viaje cultural y no estaba previsto como tal en la agenda presidencial; es decir, desmintieron, por mentirosa, a laVice. Así que, ni para la una ni para los otros: elPresi declaró el viaje como secreto de Estado, como está haciendo ahora con el de sus "turcas" vacaciones a las islas.
En cualquier caso, para hacernos una pequeña idea, una aproximación, los expertos ya han aclarado que un viaje de esas características en un Falcon viene saliendo por unos cinco mil euros la ida, más otros cinco mil la vuelta en vacío -sin pasajero dentro, que algún, malintencionado hubiera dicho sin bicho-, más cinco mil más para regresar en su busca, más otros cinco mil de vuelta a Madrid, más lo que cuesta el helicóptero desde Castellón al lugar del concierto -y vuelta- y abrir el aeropuerto fantasma de Castellón, de esos tres últimos movimientos no tenemos el importe. Nada, que todo "arreglao" y "aclarao".


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