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viernes, 8 de febrero de 2019

Escenificación de maldades

Después de las que le han sucedido con los golpistas, elPresiSánchez con su bajada de pantalones ante todo el país tiene que tener sus partes tanto o más desgastadas que si las hubiera restregado con una lija de las de rebajar hierro. ¡Más "pelao" que el de un mono". El muy cainita, al que no le importa hacer lo que tenga que hacer con tal de salirse con la suya, ha querido escenificar otra de sus maldades, con una única finalidad: desinflar la "manifa" del domingo, que sería, y muy probablemente así será, de las que hacen Historia. Será, como dicen ahora, un punto de inflexión, un antes y un después.
Hacen bien los de la derecha convocantes en no creerse ni un pelín la puesta en escena, insisto, de elPedroQué? Lo que le sucede al traidor es que se ha "acojonao" ante la que será, muy probablemente, la manifestación del siglo. Esa sí que va a tener repercusión internacional. Pero, ni a los unos ni a los otros les interesa, no al menos en esta ocasión y de esta forma. Habrá quien compare al Gobierno de Sánchez con el de Maduro. Eso, por un lado; por otro, los golpistas quedarán al descubierto, todas sus mentiras e infundios contra España. España ya está harta de tanto sinvergüenza y de que sean estos los que marquen el camino a seguir.
Eso será lo que reconocerá la comunidad internacional, sobre todo la que sigue engañada, y que es poca. De paso, sacará los colores a los países miserables que han dado refugio a los golpistas huidos, que no son políticos en el exilio, sino verdaderos delincuentes, que han intentado romper el régimen constitucional, romper España. Con amigos como Alemania, Bélgica, Gran Bretaña y Suiza, no necesita España enemigos. Ni los gobiernos de Rajoy y de Sánchez se lo han hecho saber; no han sabido defender a España. Ha sido un continuo trágala.
Sánchez y los golpistas van a seguir negociando, por delante por detrás y por la tangente. Porque si Sánchez no es de fiar, pero nada, no les quiero decir ya de los golpistas. Estos miserables, a las órdenes de un nazi, xenófobo, incitador al odio y guerracivilista, entre otras lindezas, como es quien ocupa la Generalidad, son, en resumidas, cuatro peleles, aferrados a las arcas de los impuestos de los ciudadanos, que se reparten esos dineros entre las familias mafiosas que copan el poder político en Cataluña.
Nos hacen falta a los españoles gestos, muchos gestos, altos gestos para que Sánchez se haga un mínimo creíble. Llegados a esta situación Sánchez no tiene más salida que aplicar con contundencia el 155 en Cataluña y convocar elecciones generales. Cosa que parece harto imposible, porque esa teatralización de hoy es eso: una burda teatralización. Está capeando como puede el temporal elPedroQué? Hasta su propia gente abomina de sus ocurrencias: desde el exPresiGonzález y su influyente ViceGuerra, pasando por sus barones, prácticamente todos -que se presienten defenestrados tras las próximas elecciones-, hasta candidatos a las próximas elecciones y periodistas de esa ola, como son los hermanos Gabilondo. Él, como es su lema, tratará de resistir, lo que no sabe es hasta cuándo aguantará. Puede que su fin esté más próximo de lo que se pueda pensar, pese a los ánimos de su socio, el ultraderechista podemita elPabloManué.
De momento tendrá que soportar Sánchez la concentración del domingo, a la que se está adhiriendo gente que, en principio, no quería ni saber de ella: Feijóo y Moreno parece que han roto su agenda por un día y estarán en Colón; también lo estará el ciudadano Valls, que, también, en principio, renegaba de ella.

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