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jueves, 21 de febrero de 2019

La violencia era una fiesta

A lo más que han logrado llegar los Cederre, el brazo armado del nazi-xenófobo de la Generalidad, aparte de dar el coñazo al personal, es a que, unos cuantos de estos,  cara tapada, hayan tenido que aguantar la bulla de una tendera embarazada. No cerró su establecimiento aunque hubiera huelga y porque no le salía de sus partes. Los CDR han hecho famosa a la embarazada, mientras ellos se desviven por hacer creer que la convocatoria ha sido todo un éxito. Pero, claro, según con el color del cristal con que se mire, porque la mayor parte de la sociedad catalana ni siquiera sabía a qué venía la movilización.
Casi Casi, como el exlíder de la ANC, Yordi Sánchez, que este día declaró en el juicio contra los golpistas catalanes. Eso sí, vaya por delante que él se considera un "preso político". No nos habíamos enterado. ¡Qué novedad, oigan! Como él tampoco se enteró de que el UnoaCero fueron muchos los policías y guardias civiles que resultaron heridos por sus "manifestantes demócratas y pacíficos". O como tampoco tuvo conocimiento de que hubiera existido violencia en el intento de asalto a la consejería de Economía o el cerco a la misma durante más de dieciséis horas.
Este cara dura y sinvergüenza no vio que hubiera violencia, ni tan siquiera cuando la secretaria judicial tuvo que salir por un tejado contiguo, mientras él mismo, junto al otro Yordi, el de Omniun, hablaba a la masa embravecida y violenta, megáfono en mano, subido en el techo de un coche de la Guardia Civil -dieciséis vehículos fueron destrozados-, mientras a los agentes de este cuerpo policial se les impedía salir de la consejería.
El pavo éste se empeñaba en negar la evidencia de lo que él mismo provocó y veía cómo ocurrían los hechos, en sus propias narices, mientras en su cuenta de tuiter pedía a los congregados -mas de cuarenta mil almas en las que cabía más odio- que no se fueran que la noche iba a ser larga. Pero, vamos, que allí no sucedió nada, que todo era una fiesta. Menos mal que el interrogatorio fiscal corrió a cargo de Javier Zaragoza, quien lo apabulló. Porque sobre esto de los fiscales de este juicio, algún día habrá que escribir su historia.
Para Historia, la de elPedroQué? que ha presentado su libro, que no es suyo, sino de laLozano. Pero, da igual, como la su tesis, Sánchez hace todo lo que le interesa como propio. En él, Sánchez, está repicando en lo alto del campanario mientras procesiona a la vez. Es el niño en el bautizo, el novio en la boda y el muerto en el entierro. Pretendió ser el Rey, con su Begoñita como Reina, hasta que alguien tuvo que decirle que ese no era su papel ni sitio. Hasta mendigo se considera, porque va a donar el dinero que salga de la venta de su libro -el de laLozano- a los "sin techo". Se lo puede permitir, que ya se aseguró un buen sueldo de carácter vitalicio, aunque también les podía dar el colchón, si le toca emigrar de La Moncloa. Algún "sin techo" podría hacer el agosto exhibiéndolo en la Gran Vía de laSeñáManuela.
Que ya le vale a su hijo adoptivo, el de laSeñáManuela, elNené podemita de extrema izquierda. Ese, efectivamente, ese mismo, el becario Errejón, que sigue sin devolver el dinero de la beca -cerca de mil ochocientos euros al mes, durante al menos un año- por el trabajo que nunca realizó. Bien, pues a ese lo abordaron el otro día unos cuantos jóvenes de la extrema izquierda, como él, y le hicieron un escrache -de su propia medicina-, poniéndolo a escurrir y para parir. De sinvergüenza para arriba. Hasta le dijeron que iban a votar a los de Vox. Politicastros como este son los defensores de sus amigos.

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