Para decir lo
que ha dicho, elPresiSánchez se
podía haber ahorrado la intervención para reconocer a Guaidó como presidente de Venezuela.
Ya le vale. Eso, antes, con valentía, arriesgando; ahora ya está todo el “pescao”
vendido, y él ha perdido una ocasión de oro negro para situarse como el adalid
y defensor del pueblo venezolano. ¡El libertador! ¡Vaya por Dios! Los reflejos
no le han funcionado, o puede que sí, que se estuviera dando una semana de
plazo para el asentimiento, por si mientras tanto ocurría o se producía alguna
novedad que alterara el “orden” del desorden y no se viera obligado a ello.
Más me da a mí
que esto ha sido cosa de asesorías, entre ellas las del “desaparecido”
expresidente elCetapé, que no ha
vuelto a decir que esta boca es mía, se entiende que suya. Por el contrario, el
que no para de hablar, aunque sea para seguir diciendo tonterías –como siempre-
es el secretario de Organización
ultraizquierdista, el partido del podemita de elPabloManué. Echenique
está convencido de que el reconocimiento de España a Guaidó como presidente
de Venezuela toca a “tambores de guerra”.
Puede decir
Echenique –el de la “mingadominga”- todo lo que le venga en gana. Cada vez son
menos los que lo escuchan y muchos menos los que se creen lo que cuenta, que
son cuentos “mu, pero que mumalos”. Que vaya a allí, a Venezuela, si es que se
atreve, y les diga a los venezolanos –y a la importante colonia española residente-,
que no hace falta “revolución” para poder vivir en libertad, en democracia, sin
morir en el intento y morir de hambre. Claro que, según su amigo Errejón, allí no se pasa hambre, se
come tres veces al día y las colas en los “super” es una manera de socializar.
¡Vaya par de mamelucos! Y el “nene”
poemita quiere ser el futro presidente de la Comunidad de Madrid.
A estos se les
da el pie y te toman de la mano, de la pierna y hasta te tiran de la cabeza, si
es preciso. Lo mismo sucede o acontece con los presos golpistas catalanes.
Están muy indignados ellos por haber sido albergados en prisiones, hechas para
presos. Esperaban que, ya que los trasladaban a Madrid –no han ido a la capital del reino por voluntad propia, como
quieren hacer entender- lo suyo habría sido un Meliá lo más cerca del Supremo
para evitarles los traslados diarios desde las prisiones y en furgones a la
Sala de vistas del Supremo. Andando lo podían hacer en cinco minutos.
Están,
verdaderamente, desencantados. No esperaban ese recibimiento en Madrid y de los
madrileños, que es que prácticamente los han ignorado ¡Es que los han alojado en
una prisión, como si tal cosa! Nada que ver con el “hotelito” que les montó en Lladoners el nazi xenófobo de la Generalidad. ¡Loco, loco, pero los ha
mantenido a cuerpo de rey! Nada que ver con la prisión catalana. Hombre, allí
veían a la familia toda, cuantas veces fuera necesario y recibían a más de
veinte personas diaria, incluso a alguno de los presos lo dejaron salir de
prisión sin el permiso correspondiente para ver a su hijo enfermo. ¡Era mucho
aquello, y más!
Están ya digo,
muy quejosos, o más bien muy quejicas. Miren, están pidiendo que los pongan en
libertad mientras el juicio –y antes, a ser posible-, porque en las cárceles
madrileñas hace mucho frío y así, joér, no se puede preparar juicio alguno.
Seguro que en Lladoners dejaban las ventanas entreabiertas día y noche. Y es
que una cosa es despilfarrar y otra presumir de que no “hayga” miserias. Y
saben, si no están a gusto, que se vayan. O que aprendan a abrigarse, como los
demás.
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