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miércoles, 13 de marzo de 2019

EEUU: en España no hay presos políticos.

Si todo lo que le va a caer al nazi xenófobo y guerra civilista presidente de la Generalidad catalana es una multa de entre trescientos y tres mil euros por desobedecer a la Junta Electoral Central, que se lleven la independencia los catalufos y golpistas y que nos dejen en paz. Es a lo que están acostumbrados estos sinvergüenzas, a desobedecer a los tribunales y a pasarse por la entrepierna sus dictámenes. Nadie los ha metido en vereda, ni tan siquiera cuando la débil aplicación vergonzosa del 155 por parte del miserable y acomplejado, lo que permitió a los golpistas mantenerse en una espera estratégica, plácida y tranquila. He ahí los resultados
Claro, así nos fue a los demás. Sólo nos consuela confiar en el hecho de que la sentencia final contra los golpistas sea condenatoria en todos sus términos. Es decir, condena por rebelión, condena por sedición y condena por malversación de caudales públicos, los nuestros dineros de todos los españoles. Aunque, todo nuestro gozo en un pozo si una vez dictada la sentencia nos llegan los políticos, los de laPesoé -siempre que ganen las elecciones o puedan formar Gobierno, ya saben con qué aliados- y les concedan el indulto, como parece lo más previsible.
A más ya no podrían aspirar los golpistas. O sí. A obtener la independencia total, a que Sánchez les permitiera separarse de España, a la independencia total, que, al fin y  al cabo, es lo que pretende llegar elPedroQué?, a que España se convierta en una nación de naciones. Todo por un plato de lentejas. Los primeros pasos ya los ha dado Sánchez, sin ocultarse, descaradamente, a plena luz del sol: ha formado un gobierno tras ganar una moción de censura con el apoyo de los de la Peneuve -los que siempre traicionan-, los etarras, los de la extrema izquierda podemita de elPabloManué y, por supuesto, los golpistas. Ha negociado Sánchez con los golpistas, e, incluso ha querido introducir a un "relator" en esas conversaciones, como si aquí hubiera más de un Estado, y ha obligado a la Abogacía del Estado a que retirara la acusación de rebelión a los delincuentes juzgados por el Golpe de Estado. A todo esto, ni se sabe ya el dinero -del nuestro- con que ha regado los pesebres del independentismo.
Borrell, ministro en funciones de Exteriores, considera que el Estado tiene más que "argumentos" para hacer cumplir al "ceboncico" de la Generalidad con la orden de la Junta Electoral Central: retirar de los edificios públicos los lazos amarillos y las banderas estrelladas. A ver si es verdad o todo se queda en una multa, como máximo de tres mil euros y la satisfacción de nuevo, a carcajadas, del hombre de neandertal por el no cumplimiento, de nuevo, otra vez, de desobedecer todo lo que emane del Estado español y que los golpistas incumplen en cuanto que les da la gana. 
No debe mostrar debilidad alguna el Gobierno de España, ni complejos, como era lo habitual con el pepero Rajoy. En España no hay presos políticos. España tiene un poder judicial independiente. Ninguna ONG internacional de Derechos Humanos ni el Gobierno de los EE.UU. han apoyado las reclamaciones de los secesionistas. Los presos golpistas lo están a causa del referéndum ilegal, que el Supremo declaró ilegal. Los independistas están "forraos" de delitos de odio y abusan en extremo de la libertad de expresión. Todo eso se refleja en el informé anual del los Derechos Humanos en el mundo del Departamento de Estado de los Estados Unidos.

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