A lo Pancho Villa

Parece que comienzan a darse cuenta, a los que les incumbe de manera directa, que la Guardia Pretoriana que se está montando el nazi de la Generalidad, puede ser preocupante. ¡Y tanto! O más. De manera similar, durante las horas de descanso, se entregó a la redacción de la que sería la Constitución catalana el juez Santi Vidal; por cierto, un golpista que ya está reincorporado a la carrera judicial, como si en su vida hubiera roto un plato: traicionó a España siendo funcionario y de funcionario sigue de España. Incomprensible.

Pues, el xenófobo de la Generalidad, que es más lerdo que un analfabeto funcional -lo que no quiere decir que no sea mala persona-, así, como el que no quiere la cosa, se va a rodear, en principio, de cerca de trescientos mocetes de los de la Escuadra, de esos bien aleccionados. Dependerán directamente de él todos aquellos que en la selección demuestren que no tienen fisuras en la ideología de los golpistas.

La idea, en principio, se la tomaron los de la oposición como otra estupidez más del que es el estúpido presidente de los catalanes. Peor, ya digo, que será tonto, pero no por ello pierde sus cualidades de maldad, como si de ave rapaz se tratara. A esta selección de mocetes, seguirán otra y muchas más.Sin prisa, pero sin pausa, que ya le ha dado tiempo de unos diez años el socialista fray Bailón, Iceta. Para entonces, cuando los independentistas-secesionistas-golpistas sean ya el sesenta y cuatro por ciento, prácticamente todos los de la Escuadra serán independentistas con un ADN de golpistas: diecisiete mil hombres armados. Los que se opongan quedarán por el camino, en las cunetas, totalmente depurados. Está el cebonico creando una nueva estructura de Estado, sin ser Cataluña un Estado. Y eso a ojos vista, porque ignoramos lo que pueda estar armando por detrás, que ya se sabe que esta gentuza trabajar no trabajará, pero maquinar, a tope.

Quiere esto decir que los independentistas no han abandonado, ni mucho menos, su idea de tener un Estado independiente; vamos, que no hay nada ni nadie que los pueda, aunque sólo sea, paralizar un rato. Menos, todavía, cuando el propio presidente del Gobierno de España, Sánchez, no ha hecho ni un mínimo gesto que les advierta de que les puede caer un garrotazo; casi, todo lo contrario: sigue dialogando con el nazi y, en cuanto pasen las elecciones, este le impondrá a Sánchez que ese diálogo se haga delante de un relator, similar a los sinvergüenzas de los observadores internacionales que los separatistas se agenciaron para el referéndum del UnoaCero.

También están los separatistas apoyados por los de la extrema izquierda podemita de elPabloManué, que se siente impotente de vivir en un país con presos políticos. Es entendible. Por esa razón no se va a vivir a Venezuela. Le sucede otro tanto a los vascos de la peneuve -los que siempre traicionan-, que están a favor de la independencia de Cataluña, que así luego les será más fácil ir a por la suya. Y si hacen falta armas, ahí está el terrorista etarra elGordo, Otejjji. Si los de la banda terrorista etarra no se han arrepentido de haber asesinado a ochocientas personas, son capaces de cualquier cosa.

Estos y los golpistas son socios, por antonomasia, del socialista que se postula para seguir siendo el inquilino de La Moncloa.