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lunes, 15 de abril de 2019

Amnistía para los golpsitas. Los fachas de laPesoé en Valladolid

¡La que ha quedado al descubierto de Sánchez! Por eso no quería él pronunciarse sobre la concesión de indulto a los golpistas, si es que son condenados a penas de prisión. Mientras que sus socios secesionistas "aprietan" para que deje cerrada una Ley de Amnistía, él ya tiene "maquiavelado" aumentar las competencias a los secesionistas-golpistas, sobre todo en lo que se refiere a materia penitenciaria, es decir de cárceles. Porque una vez producido el fallo, si son condenados los golpistas, se los va a largar para Cataluña, como hizo mientras estaban a la espera de juicio.
Los golpistas vivieron como marqueses en las prisiones catalanas. Ahora ya no se tratará de vivir mejor o peor en prisión. Lo que va a perseguir Sánchez con el aumento de competencias es que sea el nazi y xenófobo presidente de la Generalidad el que administre directamente las presuntas penas de los golpistas. El ensayo de esta intención ya se ha producido en la práctica con la puesta en libertad del mayor de los hijos de Pujjjol. Oriol Junqueras ha sido condenado a dos años y medio de prisión, pero no han pasado ni setenta días cumpliendo su pena, cuando ha sido excarcelado y sólo acude a la prisión para dormir; ni tan siquiera es medio pensionista. El chabacano Torra es el que lo ha puesto en libertad.
Ensayo intentado, ensayo logrado. Ni tan siquiera los partidos constitucionalistas han protestado. ¡Vergonzoso! Así que  lo que vemos hacemos. ¡Miren si Sánchez continuaba en la trastienda hablando con el xenófobo presidente catalán! Aunque se desprende de todo ello que las conversaciones no han cuajado, y por eso los independentistas siguen apretando a Sánchez. Lo más lógico: les ha dado el pie y algo más y le piden la mano y, si a mal no bien, la cabeza. Le exigen una Ley de Amnistía, para, por un por si acaso, los números para los unos y para elPresiSánchez, no les dan para formar negocio.
Con una Ley de Amnistía no haría falta ni un indulto y, a la vez, se verían libres de toda culpa todos aquellos que participaron directa o indirectamente en el Golpe de Estado. Hasta el hombre triste y bajito de Waterloo podría regresar a casa -y reírse- y Trapero volvería a ser el mozo mayor de los de la Escuadra y todos aquellos que paralizaron el tráfico en las carreteras -poniendo los cobardes a sus hijos pequeños como escudos- y todos los que con tractores cortaron caminos y carreteras -que cobran subvenciones de la Unión Europea por ser españoles- y los que pararon el tráfico ferroviario y los bomberos malvados incursos en juicios de los que no se informa, quedarían impolutos, blanqueados, libres de toda culpa, y así un largo etcétera. ¡Viva la Pepa!
A Sánchez le da igual que digan lo que digan los demás, siempre que sus socios lo vuelvan a votar. Lo que tiene que hacer es decidirse por una de las dos opciones: indulto o amnistía. Los golpistas se inclinan por la amnistía. ¡Nos ha "jorobao"! Mientras tanto, Sánchez continúa guardando silencio sobre las agresiones que sufren por parte de los radicales -sus socios- miembros de partidos de la derecha: Álvarez de Toledo en Cataluña, Abascal y Rivera en las provincias vascas. ¡Se calla como un putas".
Es que, claro, hasta los suyos están formando parte de esa violencia callejera. Resulta que en Valladolid, la ciudad que ellos consideran "fachosa", son los pesoístas, incluidos ediles del ayuntamiento, quienes salen a las calles a interrumpir los desfiles procesionales al grito de ¡España mañana será republicana! Miserables los hay en todas partes. Y estos todavía no han pedido perdón. Ni lo pedirán, los malvados

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