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miércoles, 24 de abril de 2019

El mozo valiente

Al mequetrefe mocete de la Escuadra le ha pasado lo mismo que al ex presidente de la Generalidad Arturo Mas: en cuanto ambos se vieron ante un tribunal de Justicia, se les escapó la gota. Pues, sepan que existen pañalitos para estos casos. Se habrían evitado la vergüenza. Una cosa es actuar como payaso o bufón y otra muy distinta, pero real, cuando hay que dar la cara y mantener lo dicho o el tipo por lo presumido. Ni el uno ni el otro supieron mantenerlo ni enmendarlo. Ridículo grande hicieron ambos dos independentistas.
Lo de Arturo Mas está casi olvidado, porque fue hace tiempo, pero siempre vendrá a la memoria el momento en que un inepto independentista presuma de lo que no tiene y cuando llegue el momento decisivo se vea obligado a usar un pañalito o dejar, ya digo, que se le escape la gota.
Es ahora el caso del mocete independentista que nos iba a mostrar a todos, más bien a destapar "las vergüenzas de España". Pero no lo iba a hacer en su tuit, que es el medio que utiliza para sus bufonadas. Ya se podían ir preparando los del Tribunal Supremo, en la misma sala donde se juzga a los golpistas catalanes. Porque él, Alberto Donaire, declaró ante el tribunal del "juicio farsa" o "juicio político", como él lo califica en su tuit, porque güitos no tuvo para decirlo allí, en la Sala.
Llegó, sí, chulo, queriendo que lo llamaran por su propio nombre, Albert, y no que lo identificaran con un número de placa. Llegó, sí, chulo, pero ya no tanto, exigiendo declarar en catalán. Hasta que el jefe de la Sala, es decir, el magistrado juez Manuel Marchena, quien le recordó que era un agente de la autoridad, un testigo, y que, por tanto, se limitara a contestar a las preguntas. Vamos que esto no es su tuit. Que no se equivocara, que no confundiera el escenario. "Perfecto", dijo el mocete.
Es más, añadió el juez, y diga usted la verdad, porque más o menos, se la juega. A lo que el mocete Alberto, acertó malamente a responder con otro "Perfecto".
Así, el mocete independista quedó situado en su sitio. No hizo falta más. Seguro que ahí fue donde se le escapó la gota, y él sin pañalito. Reconoció que había escrito varios tuites en relación a la obediencia y desobediencia. Tales como que estaba al lado del Gobierno de elPuchi para garantizar que se celebrara con normalidad el referéndum ilegal del UnoaCero y que ante una estrellada -no recordaba la foto- estaba cuadrado saludando y que en otro tuit escribió: " Yo no pienso retirar ni una sola urna el próximo uno de octubre. Espero que todo el mundo tenga claro a quién soy leal. Hacernos dignos de Cataluña".
El mocete valiente, Alberto Donaire, no encontraba palabras para justificar su bravuconada. Otra gota. También reconoció haber escrito un tercer tuit, pero, qué casualidad, no recordaba si el mismo día de la celebración del UnoaCero: "La Policía Nacional y la Guardia Civil no aparecieron cuando los terroristas atacaron, pero atacan sin escrúpulos a los demócratas catalanes el 1 de octubre". Por cierto, Alberto no se incautó ni de urnas ni de papeletas en el colegio donde le tocó, "por no causar un daño mayor a la población".
El mocete valiente salió de la Sala con el rabo entre las piernas y "meao", incapaz de mostrarnos las vergüenzas de España. Mientras se secaban los calzoncillos, el inepto volvió al tuit para decir que no lo habían dejado. Cuando alguien llamó a la puerta del WC, se cagó.

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