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jueves, 18 de abril de 2019

Un Forest Gant en La Moncloa

Mientras que la ciudadana Arrimadas se preparaba para asistir a un acto electoral en Vic, donde de nuevo sufrió un acoso e insultos por parte de los pacíficos y demócratas hijos de los de las CUP, elPresiSánchez despertaba a buena parte de los españoles haciendo el ridículo. Además de los muchos calificativos que se le pueden atribuir a Sánchez, está el de chulesco, que no se nos olvide. Pues bien, se nos presentó en las redes sociales vestido de no sé qué, con gorra incluida, presumiendo de haber realizado su "runner" habitual de diez kilómetros. Chulería al canto.
El "progre" presi Sánchez ignora que nuestra rica gramática, la Española de la Lengua, de España, cuenta con numerosos términos para definir lo que él hizo de tempranero -o presume de ello, chulea-, es decir correr; porque, el "runner" ese no quiere decir otra cosa que correr. Luego se quejará Sánchez de que hay gente que no lo comprende, a él, en sus exposiciones. ¡Hombre como para entenderlo! Con esas cosas, la gente ni se esfuerza en ello. Menos aún cuando de la camiseta que vestía no se atisbaba ni una gota de sudor, después de diez kilómetros recorridos, aunque puede que en el "runner" no se sude. No iba a estropear Sánchez con su esfuerzo y sudor la camiseta conmemorativa de los Juegos Olímpico de Barcelona. La carrera del galgo que se metió Sánchez se desarrolló, según él mismo indicaba en tuiter, por parajes de "Lleida", ciudad española mayormente conocida por la ciudadanía por Lérida. Es que el presi Sánchez es un polígloto y está muy catalanizado, a la vez que podemizado.
Ya sabía bien el pájaro la que se iba a preparar para todo el Jueves Santo. Ni procesiones, ni la catedral de París, ni leches. Esperaba un día, además de pasado por agua, regado por las críticas y el malestar por los debates. Rosa María Mateos ya tenía la orden de colocar para el día 23 el debate a cuatro en laTve. Como buena sumisa, obedeció y lo colocó para ese día, en vez de para el día 22, porque el 23 estaba ya previsto en Atresmedia. Así lo corroboró Sánchez, que el que quiera debatir con él que lo haga  ahora, en la tele pública, que es la suya, y también domina.
La que se armó en el ente fue pardina. El comité de empresa acusó a la presidenta, del ente claro, de plegarse a las apetencias de Sánchez; hasta el teórico presentador, uno de esa casa, también mostraba su desacuerdo con la presidenta. Eso por lo que se refiere al orden interno del ente público. En el externo, los políticos están que echan las muelas, o la bilis. La razón, muy sencilla: si laTve pone el debate el día 22 y Atresmedia el día 23, ellos -y la ciudadanía, por supuesto- tendrían la ocasión de dos debates televisivos a cuatro. Pero parece que no.
Así que puede suceder que haya tan sólo un debate en laTve, donde Sánchez debata con tres sillas vacías, por un lado y, por otro, un debate en Atresmedia, a tres, con el sillón del presidente vacío. O que, al final, no haya debate alguno, lo que beneficiaría, sin lugar a dudas, a Sánchez, que estaría encantado de  no tener que pasar por ese cáliz. Para entonces, habría que recordarle que, cuando no era presidente y buscaba los debates, argumentaba que un presidente que no acuda a los debates electorales no merece ser presidente. A lo que se ve, lo que le priva es tuiter y emular a Forest Gant, un Forest Gant en La Moncloa.
 
 

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