Un tipo indecente

¡Quién se lo iba a decir a Sánchez! Parece como que el efecto "búmeran" se ha vuelto contra él. Ha pasado bastante tiempo desde que él le plantara a Rajoy, en un debate a dos, en directo, que era un verdadero indecente. Indecente calificó Cayetana Álvarez de Toledo a Sánchez en el debate a seis e indecente lo considera también Pablo Casado por negarse a un debate a dos: donde quiera, como quiera, cuando quiera. Sólo le faltó a Casado añadir que escoja arma y padrino, que él ya está esperando. Sánchez sólo quiere un debate a cuatro y en la teuve estatal.

Algo indecente sí que es Sánchez con esta negativa, y dando gracias que, aunque acepta el debate a cuatro en tve, deja tirada a su benefactora editorial Planeta-Atresmedia; allá él y Atresmedia. Bien es cierto que Sánchez habría preferido el debate a cinco -que incluía a Vox- en esa cadena. Le habría satisfecho escudarse en los otros "combatientes" para diluir su enfrentamiento con Casado y, sobre todo, le habría encantado el enfrentamiento entre Casado y Abascal, a quien pretendía dar protagonismo y tratar de restar votos tanto a laPepé como a los Ciudadanos.

Pero, no pudo ser. La Junta Electoral Central (JEC) prohibió el debate al considerar que la presencia allí de Vox alteraba la correlación de fuerzas, es decir que hay partidos con más representación que Vox y no estarían presentes en el debate. Hay antecedentes de debate, en el que participaron los ultraderechistas podemitas de elPabloManué y Ciudadanos, sin que ambos tuvieran entonces representación parlamentaria.

Los de Vox, tan contentos ellos, porque no van a tener que exponer el tipo en un debate y, sin embargo, salen del mismo como ganadores, sin tan siquiera haberse celebrado. Son las víctimas de una decisión que puede ser calificada como de injusta, o cuando menos de arbitraria. Como es a todas vistas injusto que esta misma JEC conceda el permiso a Junqueras -el preso  catalán, acusado y juzgado de haber perpetrado un Golpe de Estado- para que pueda hacer campaña electoral desde la cárcel y que a otro de su partido -el payaso de Rufián- pueda entrar en alguna prisión para largar un mitin electoral.

Después de conocer estas decisiones de la JEC y el desarrollo del juicio contra los golpistas y la protesta de la Fiscalía ante el juez Marchena para que impida a los abogados de la acusación preguntas capciosas a los testigos Agentes del Orden, en el sentido de que no se está juzgando a los policías, sino a los acusados, se erizan los pelos pensando en la sentencia.

Y si no es la sentencia, en un posible Indulto o una Amnistía. En cualquiera de los tres casos, los golpistas ganarían. Del juicio, bien es cierto, hay que esperar el desenlace final, pero por lo que respecta al indulto o una posible amnistía, Sánchez evita pronunciarse, sobre todo porque las elecciones están a la vuelta de la esquina. Pero su cocinero fray Bailón no descarta el perdón a los golpistas; pero, no es de ahora, ya lo anunció hace un año.

Pero, por si fuera poco, la ministra Montero guardó silencio cuando la pepera Cayetana y la ciudadana Arrimadas le preguntaron con más que insistencia en el debate a Seis si iba o no a haber indulto para los golpistas. La ministra sólo pedía que se dejara actuar a la Justicia. Como ADN propio socialista, la ministra mentía. No es la Justicia la que concede los indultos; eso es facultad del Gobierno, de Sánchez, si logra permanecer en La Moncloa.