La engañifa del Supremo

Por mucho que dijera la Sala Tercera del Tribunal Supremo que no era competente para decidir sobre si el hombre bajito y cabreado, que vive a cuerpo de rey en Bruselas, y que expresara la opinión de que no veía inconveniente alguno para que elPuchi y sus secuaces se presentaran a europarlamentarios constituyó una total y completa engañifa. Con su sugerencia el tribuna Alto marcó doctrina para los bajitos tribunales de lo Contencioso administrativo. Precisamente, ese es el argumento que esgrimen los del Contencioso, que qué van a decidir ellos si el Supremo ya les marcó el camino.

O sea, que si nadie presenta recurso ante el Constitucional -parrece que tras ello andan los peperos- el Golpista y su plana mayor de Waterlóo tendrán expedito el camino. ¡Curioso! Los chorizos que quieren destrozar España tienen todos los derechos intactos, incluso estando huidos de la Justicia española, con orden de busca y captura dictada por el juez del Supremo Llarena, instructor del juicio por el Golpe. Es decir que desde el Supremo los envían a prisión, es el Supremo quien los juzga -a los que no pudieron huir- y el máximo responsable del Golpe puede presentarse a representante de los españoles en el Parlamento Europeo. ¡Ya les vale!

¡Qué le vamos a hacer! Puede -hay que dudarlo, y esperar, por cierto al Constitucional- que los jueces tengan razón, pero van contra la lógica, contra lo razonable, y contra el dictamen de los jueces de la Junta Electoral Central (JEC), que había retirado del censo a los golpistas, y contra los juzgados de lo Contencioso, a los que prácticamente el Supremo ha obligado a doblegarse. El Supremo se ha inhibido, pero ha marcado el camino a seguir obligatoriamente. Tenía que haberse parado en la inhibición. Y punto. Su opinión se la podían haber metido en sitio cierto.

Aunque, bueno, ya les digo, ahí estaría también la fiscalía de Madrid, plegada, por su parte, a la "fiscala" General del Estado, que esa sí que se "genuflexa" ante Sánchez, que, al fin y al cabo, es su jefe. Y el jefe quiere seguir estando a bien con los golpistas, por si tienen que tirar de ellos más adelante. Y lo peor, tanto la fiscalía como el Supremo, como los juzgados de lo Contencioso han dejado abierta la puerta de manera desvergonzada y vergonzante a males mayores. Es como decir a los delincuentes ¡Desobedeced, desobedeced malditos! Vamos, que delincan, que no pasa nada. ¡A ver! O puede que no.
Menos mal que por una vez no ganan los malos. ¡Que ya está bien! Todavía hay alguien con decencia entre la mafia golpista y los cientos de "apesabraos", que viven del conflicto. En el juicio contra estos criminales un testigo de la defensa les ha salido rana. No daban crédito los abogados de los golpistas, ni los golpistas tampoco, a lo que veían y oían.
Declaraba un jefe de los mocetes de la Escuadra. Puso al chulo presidente entonces de la ANC, Yordi Sánchez, de eso, de chulo, engreído, supremacista y amenazador. Todo referido al 20S, cuando una comisión judicial registraba la sede de la consejería de Economía, la de Yunqueras, sentado en el banquillo. De que los cuarenta mil congregados a la puerta actuaron de forma pacífica, nada de nada. Gritaban sí, que eran pacifistas, sí, pero se comportaron como verdaderos terroristas. "Ni con el Séptimo de Caballería hubiéramos llegado a la Consejería", afirmaba el jefe de los Mocetes, ante la mirado atónita e incrédula de los abogados defensores y del propio Yordi, allí presente, del que dijo lo había amenazado con llamar a Forn -entonces consejero de Interior- y al propio elPuchi, si no se marchaba de allí con sus policías, con los que pretendía rescatar a la comisión judicial y a sus "compañeros de la Guardia Civil".
¡Eso duele! Un solo hombre valiente ha sido capaz de desmontar en tan solo una intervenciónla patraña que intentar hacer creer los golpistas y sus abogados: los indepes ni son pacíficos, ni son demócratas.
El mando de los Mocetes ha protagonizado un día histórico, un día de esos que hacen cambiar la Historia; en este caso, la historia de un juicio, donde se ha mostrado la realidad de estos bárbaros, que pretenden cambiar la Historia de España.