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martes, 21 de mayo de 2019

Nos vemos

Esto sólo puede pasar en España, o en España también. A ojos vista desde fuera, y por los ojitos de Astérix, el galo, estos españoles están, lo parecen o aparentan, medio "zumbaos". Ya me dirán, a quién se le ocurre dotar un trofeo femenino de squash como premio para las ganadoras con un vibrador, una crema depilatoria y una lima eléctrica. Para los hombres, nada, ni una crema antiarrugas en el premio regional de Asturias de esta disciplina deportiva. Cierto es que al recibir el trofeo las ganadoras alucinaran, pero también podrían haberse enterado antes de lo que se les venía y no jugar y denunciarlo públicamente, como han hecho después.
En cualquier caso, a lo hecho pecho, que por lo menos nos hemos enterado y también de que tres miembros de la federación asturiana de squash han tenido que dimitir; pero, seguro que volverán. Ya lo creo que volverán. Dentro de un tiempo, como si no hubiera pasado nada.
Pues, lo mismo que el Congreso de los Diputados. Cualquiera de fuera -podría ser Astérix- que reparara en el circo-espectáculo de la sesión constitutiva de nuestras Cortes Generales -Congreso y Senado- alucinaría: un viejo -no tanto- émulo de Valle-Inclán, presidiendo la Mesa de edad, hablando de trombos (porque en su otra vida fue médico) y sacrosanta urna (la de depositar los votos), unos golpistas que declararon independiente una parte del país, que están en la cárcel y siendo juzgados por rebelión, sedición y malversación de dineros públicos, moviéndose por el Hemiciclo como gatos panza arriba, y unos juramentos o "prometimientos" de acatamiento de la Constitución, que más que expresar una voluntad de aceptación de la misma asemejaban unas verdaderas amenazas, una ridiculización de la ley de leyes y algo denigrante para todos los españoles.
Esperpéntico, de verdad de la buena. Es que cuando Sánchez se sentó en su sitio ya tenía a su espalda a Abascal, el jefe de los de Vox, a los que trataron de intimidar otros dos socialistas ataviados con la camiseta de los Lgtbi. Abascal, ni puto caso, que estaba más atento a las conversaciones que pudiera tener Sánchez que a la provocación de los dos "sociatas". Y, por fin y por segunda vez, tuvo la ocasión de ver el saludo entre el golpista Junqueras y el presidente del Gobierno: ¡Hola, qué tal! ¡Ya ves, aquí, a coger aire fresco, que el de la cárcel está muy "viciao". Tenemos que parlamentar! Ya, ya entiendo. ¡No te preocupes, macho!
Y la respuesta halló de manera inmediata. En cuanto dijo Junqueras que acataba la Constitución, pero a su manera, como le daba la gana, que para eso es un "preso político". De poco le sirvió al ciudadano Rivera protestar, pero hizo bien; aunque, en el fondo lo que más le interesaba era marcar territorio, que quiere ser él el líder de la oposición y, a la vez, coñe, aprovechar, un pelín de propaganda política de cara al 26M. Que ya sabemos, para muestra un botón, cómo va a mimar a los delincuentes la nueva presidenta del Congreso, la socialista catalana Batet. Estuvo lento de reflejos el pepero Casado, que, aunque ya tarde, ha pedido a la Mesa que revise todas las fórmulas de acatamiento de la Constitución.
En el Senado, otro tanto de lo mismo, con el nuevo presidente, el socialista catalán Miguel Cruz: total libertad de expresión y de "delinquión" para el senador golpista, el del atún. Que mientras, sus compas del Golpe se lo pasaban estupendamente en el Congreso con los teléfonos móviles de otros, se supone, y que además de pasarse por la entrepierna -segundo día consecutivo- las órdenes del Supremo, lo hicieron hablando con el prófugo de la Justicia, el que vive como un rey en Waterlóo.


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