Prisión íntegra

Pues eso, que el mayor de los Pujjjoles va a ser puesto en libertad de nuevo. De su padre y de los turbios negocios de su familia, del exmuy honorable expresidente de la Generalidad, nada de nada. A mas tardar, en veinticuatro horas, la Generalidad catalana lo pondrá de "patitas en la calle" al primogénito para que se dedique a continuar "choriceando", que eso le sale barato. Tenía que pasar más de dos años y medio en prisión -gracias a un arreglo amaño se ha librado, de más y su esposa de otro tanto- y no va a cumplir ni un tercio de la pena.

La Generalidad va a poner a este ladrón en la calle, porque sí, en contra de la revocación del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria, que fue el que le cortó el chollo vacacional. Pero, ya ven, a tan sólo poco más de una semana, la Generalidad vuelve a las andadas y se pasa por la entrepierna -como es habitual entre los catalanes de mal vivir, o mejor vivir- lo que digan los jueces, que para eso ya se han encargado ellos de darse sus propias leyes, y las que no se las inventan o se las sudan.

Además de ser grave que la Generalidad vuelva a concederle la libertad, más por chorizo que por buen ciudadano que se lo mereciera, para que continúe en sus trece de delinquir, porque vía libre sí que tiene. No sólo él, sino toda la familia, desde el patriarca Pujjjol y señora hasta el menor de la familia, y son unos cuantos. Todavía no se sabe -o sí- o nadie lo quiere decir a cuánto asciende el patrimonio familiar de los Pujjjoles, ni de dónde le vienen los dineros o a dónde se fueron los millones y cómo.

Pues, ojo, a este dato. Es una pista sobre la que ya incidieron los fiscales del juicio contra los golpistas en sus conclusiones finales y petición de pena: delito de rebelión y malversación de dineros públicos, con pena máxima de prisión de veinticinco años para Yunqueras, y de ahí para abajo. La Fiscalía pedía sus penas, pero que se cumplieran completas, al menos hasta conseguir los presidiarios el tercer grado.

O lo que es lo mismo, que no nos vengan con lo del chorizo Pujjjol, al que condenan los jueces a dos años y medio de cárcel por los amaños en las ITV y no han pasado ni dos meses en la cárcel, y es la Generalidad -la que presidió su papá y ahora un descerebrado- la que le concede la libertad y techo y cama para que salga todos los días a darse unos garbeos. Y como dice el juzgado que de eso nada y lo manda de nuevo a la trena, ya se lo pasó por alto el nazi xenófobo de la Generalidad y lo vuelve a dejar salir.

Ahí, ahí está el truco. Como la Generalidad tiene las competencias de las cárceles ya está esperando el descerebrado a sus chorizos golpistas para darles "mimos" y, en cuanto se le ponga al guerra civilista, dejarlos libres, que ya está ensayando con el chorizo Pujjjol cómo hacerlo y las reacciones del Estado.

Eso tiene fácil arreglo. Si los golpistas son condenados -a lo que todo alumbra que sí, una vez conocida la reacción unánime del Tribunal Europeo de Derechos Humanos-, que no sean trasladados a prisiones catalanas. Que los destinen a prisiones de Madrid o cercanas a Cataluña, como se hace con los presos etarras -o se hacía-, donde el loco presidente autonómico catalán no pueda meter mano, tener influencia. Eso dependerá de Sánchez, que no es nada de fiar. Mientras los golpistas esperaban el juicio fue él el quien dio la autorización para que permanecieran los golpistas en cárceles catalanas, donde disfrutaron de un régimen interno especial, diferente a los demás presos, con oficina de recepción propia y "saraos" de media noche y otras prerrogativas.