El Golpe continúa

Está que lo vierte el arlequín catalán. Evapora sudor por todas partes el nazi xenófobo presidente de la Generalidad. Además, se cree el Rey. Menuda bulla le ha echado a Sánchez, el presidente del Gobierno de España, por las conclusiones finales de la Fiscalía en el juicio contra los golpistas-chorizos catalanes, y no sólo por las de la Fiscalía, sino también por las de la Abogacía del Estado, a quien Sánchez prohibió que acusara a los presos de rebelión -muchos más años de prisión-. Sólo le ha faltado al neandertal este catalán encararse con los de Vox: ¡A ver qué pasa!

Lo cierto es que el Golpe de Estado no se ha cerrado o no ha concluido. Comenzó "oficialmente" en marzo del diecisiete, continuó hasta octubre del mismo año, y se viene prolongando en el tiempo, hasta la actualidad. De hecho el guerra civilista de la Generalidad ya está reuniendo a sus huestes, amigos y aliados para dar una respuesta en Cataluña a la muy presumible condena de los golpistas catalanes.

Quiere reunirse urgentemente con Sánchez para retomar sus conversaciones, sus diálogos de locos, con relator de por medio incluido. Este hombre no sabe nada, no entiende nada; solo lo suyo es lo que vale, y lo suyo cada vez vale menos. Pero, como Sánchez es como es y se la refanfinfla todo, volverá a recibir en La Moncloa a este independentista, que se perfila como otro santurrón-malo y mártir de los catalufos para ingresar en prisión en un futuro, también por rebelión.

Está el loco catalán, ya digo, reuniendo a unos y a otros, barajando ya la posibilidad de celebrar otro referéndum ilegal, para declarar, posteriormente, la independencia de manera unilateral. Ya ha visto lo que pasó con el UnoaCero y las consecuencias del mismo: rebelión, desobediencia, malversación de dinero público, y una Cataluña arruinada, con escasas posibilidades de que vuelvan para allí las empresas que se vinieron para aquí. Es un completo demente.

No obstante, el Golpe no se ha parado; el Golpe continúa. Depende ahora de Sánchez desmontar el "tinglao" de los separatistas, de la "banda criminal", para meterlos en el redil, o en la cárcel; es decir, para lograr que cumplan de una vez por todas las leyes y librarse él muy mucho de caer en las trampas que le van tender, porque estos buscan cualquier cosa para salirse con la suya, y arrastrarlo con ellos. Ya estuvo Sánchez hace unos meses pisando la cuerda floja y la raya roja a la vez. De lo legal a lo ilegal hay un paso. De apoyar a los futuros golpistas a caer en la tentación de la traición, otro paso.

Lo mismo que le ha pasado al ultraizquierdista podemita elPabloManué. De ser él el culpable, con su compañera "Montera", de la debacle del partido, a pasarle toda la responsabilidad del batacazo electoral a Echenique. Va, se lo carga, nombra sustituto, y todos tan contentos, que, aquí, muerto el perro se acabó la rabia. Y ya tenemos a otro mártir para la causa, elRastas. ElPabloManué tiene que preocuparse de presionar a Sánchez, de convencerlo, para que le dé un puestico aunque solo sea de trabajo en el Gobierno, alguna cartera que le ayude a alimentar a los suyos, los del casoplón de Galapagar, que son muchas bocas abiertas exigiendo el sustento.