Solidaridad en el gallinero

En este país, llamado España, hay que estar acordándose constantemente de las gallinas, por lo de los huevos, que lo mismo da sean ecológicos que no. Porque un ¡manda huevos, es un manda huevos, aquí y en cualquier parte! Y no tiene vuelta de hoja. Mandar huevos en esta ocasión es para los profesores catalanes -¡Que manda huevos!-, para todos aquellos que apoyan a la maestra que le zurró a una niña de diez años, total porque dibujó en un corazoncito con una bandera de España, con un pie que decía ¡Viva España! LaSeñá maestra, de un colegio de Tarrasa, le tiró de la camiseta a la niña, que cayó al suelo sufriendo lesiones físicas.

Los gallináceos del USTEC-STEs (IAC), que se supone es una asociación o un sindicato -¡vaya usted a saber- están que trinan por lo que consideran un "linchamiento mediático" al que se está sometiendo a la maestra de Tarrasa que maltrató a una de sus alumnas por pintar una bandera de España en un cuaderno. ¡Manda huevos! Estos gallináceos, sí, defienden a la maestra, y se parten el pecho si hace falta.

Sobre la pequeña agredida por su compañera, la maestra, no dicen nada. Ni una palabra de consuelo o comprensión; es más, consideran que la acusación contra la maestra está fundamentada en pruebas de "dudosa autenticidad". Pero, no han reparado, ya ven que olvido tan tonto, en que los padres llevaron a la niña a un centro médico, cuyos galenos verificaron sus lesiones. Pero, eso no tiene importancia, para los defensores de la maestra, que ya han juzgado y dictaminado, como no podía ser de otra manera, que la pequeña miente y sus lesiones no existen.

Lo importante para los gallináceos -¡Manda huevos- es que la maestra está siendo señalada, incluso, parece que algunos periódicos han publicado su fotografía. ¡Pero, coño! Poco protestaron estos gallináceos cuando señalaron y poco menos que ajusticiaron en sus colegios catalanes a los niños hijos de guardias civiles, tras el referéndum del UnoaCero. ¡Son unos gallináceos!

Lo miren por donde lo miren, no es la maestra para señalar ella, precisamente, su maestra, a la pequeña que dibujaba una bandera de España. Todavía peor, si el señalamiento venía por esa inocente -pero, a la vez, patriótica- acción de la pequeña. Porque, en ese caso, ya no sería la maestra responsable solo de una agresión física, sino que esta vendría provocada por motivos políticos, xenófobos, de adoctrinamiento y otros varios posibles delitos recogidos en la Constitución. Que, precisamente, por ahí van los motivos de la solidaridad de los de USTEC con laSeñá maestra. Los de USTEC piden responsabilidad a los medios de comunicación para con la maestra, porque "es inocente mientras no se demuestre lo contrario". Ni pizca de compresión para la pequeña, a la que estos mentecatos ya han condenado. Y todo porque pintó una bandera de España en un cuaderno.

Pero, claro, quién se puede extrañar de la actitud de la maestra, cuando la presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), la que presidía uno de los Yordis juzgado por el Golpe de Estado, una tal Elisenda Paluzie (de apellido catalán de los de toda la vida) fue pillada en un renuncio tras su intervención en una rueda de prensa.

Los micrófonos -como a Trillo, el pepero de ¡Manda huevos!- le jugaron una mala pasada, y no se percató la excéntrica señora de que permanecían encendidos. Fue entonces cuando se le ocurrió preguntar a alguien de su entorno que quién era esa periodista que tanto la había incomodado durante la rueda de prensa, sí la española esa. Impresentable la presidenta, como la maestra, como los de la USTEC.