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miércoles, 7 de agosto de 2019

Ahora no son amigos

Lo más preocupante de todo esto y que constituye una polémica nacional, es que Sánchez hiciera esperar a Su Majestad el Rey, Felipe VI, casi una hora. Que se dice bien. Pero una hora de espera es pasarse siete pueblos, o más. Hombre que cinco o diez minutos a cuenta del tráfico se pueden perdonar. Pero, coñe, que elPresiSánchez iba en avión, en su flamante Falcon, y en helicóptero hasta subirse en él. Cuentan desde La Moncloa que todo se debió a una reunión con unos empresarios, que se alargó más de lo previsto.
No es escusa que justifique el retraso. Con cortarla a tiempo, la reunión, habría bastado. ¡O es que se resolvía más con los empresarios que con la visita al Rey! Y, leche, que ha retrasado Sánchez  -como si no lleváramos ya retraso- el país en casi una hora, como si viviéramos en Canarias. Las teles -aunque no mucho-, los periódicos, en particular los digitales, e incluso el tráfico aéreo. Todo sea por la Patria y por la afición de Sánchez al Falcon. ¡Qué le vamos a hacer!  Además, el Rey, que sepamos, ni se cabreó ni se inmutó. No hay mayor desprecio que no hacer aprecio.
Por lo que se refiere al encuentro entre Su Majestad y el señor del Falcon, nada nuevo bajo el sol: todo bien, muy entrañable y muy bonito. La tristeza para Sánchez, que la su Begoñita no pudiera disfrutar del viaje. Una pena: tierra, mar, aire, Leticia y las teles y las cámaras de fotos. Pero, la obligación es la obligación y después la devoción. Seguro que estaba trabajando.
Ah, y que no se olvide. Sánchez y el podemita de extrema izquierda, venezolano, elPabloManué -pese a no estar allí- interpretaron cada uno su papel. Una comedia, una pura comedia.
Ahora resulta, y parece ser, que ni el uno se fía del otro y el otro del uno, Sánchez y elPabloManué. Se vigilan de cerca, se siguen, pero ni una palabra entre ellos. Eso nos quieren hacer creer. Todo ello, una pamema entre pillos, que no listos y, mucho menos, inteligentes. Teatro de aficionados. Al final, los dos quedarán bien ante la sociedad, o eso pretenden. El uno y el otro, dos hombres de Estado. El uno cede y el otro también. Acuerdo. Todo por el bien de los españoles.
Sin embargo, ya se vislumbra, las derechas, unas puras canallas. No ceden un ápice, con lo que impiden que todo vaya bien. Cien días después de las elecciones las derechas se mantienen en el "no es no" de Sánchez, su propia medicina que aplicara en su día contra Rajoy. Es curioso que ahora exija lo que él mantuvo, hasta el punto de dimitir, con tal de no ceder. Anda flojo de memoria Sánchez, como su vice, Carmen Calvo, que andaba vociferando no sé que cosas por ahí. Chorradas, seguro.
Anda, que como para hacerle caso a ese par de pillos. Pronto llegaron a un acuerdo en Navarra, incluyendo -pese a su abstención- a los Bilduetarras. Vaya Gobierno que se ha montado laChivite. Y dice que es un fiel reflejo de la sociedad navarra. ¡Mentira, y de las gordas! Son muchos los navarros que no votaron las opciones a las que se ha adherido la socialista. La sociedad navarra votó en su mayoría a los de "Suma", a las derechas. Ella se ha llevado la gobernación, por sus alianzas, entre ellas, no se olvide, y quizá la más importante, la de los Bilduetarras. De memento, la bandera española no figura donde debería estar. Como para creerse la farsa de los dos pillos.

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