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martes, 17 de septiembre de 2019

Todos los culpables

Vaya, vaya, por fin se aclaró todo. Aquí no hay playa, pero sí tendremos nuevamente elecciones generales. ¡Joér, y para eso tanto esperar! Ya podían sus señorías devolver los sueldos, nada despreciables en su cuantía, que se han cogido por no hacer nada. ¡Que eso es mucho morro! Ayudarían a pagar los gastos electores y, si sobraba, seguro que sí, a aliviar económicamente el dolor de tanto damnificado por la gota fría. Total muchos de sus señorías volverán a repetir y pronto recuperarán el dinero perdido, no así el tiempo que se han estado tocando las narices.
Su Majestad el Rey, tras las audiencias a los líderes de los partidos, no ha sacado nada en claro. Así que mejor, elecciones cuanto antes, a ver si comienzan a producir sus señorías y hacer frente a lo que se nos viene encima: una crisis económica de la que los de laPesoé, o sea Sánchez, no se ha enterado todavía -está esperando a que lo enteren por la prensa, como a su colegui Zapatero- y los nacionalismos, cada vez más exacerbados de catalanes, valencianos, baleares y, cómo no, el de los vascos de laPeNeuve -los que siempre traicionan- y los de la izquierda aberchale, o sea los de Bildu, es decir, eta y elGordo Otejjji, el hombre bueno, el hombre de paz de Zapatero.¡Ríanse ustedes!
Menuda la han tenido esta tarde en el Congreso los de Vox y los peneuvistas. Son de "cuidao" también estos independentistas. Ya saben sangre traidora, donde la haya. La portavoz de Vox -que fue abogada del Estado en asuntos de corrupción en la provincias vascongadas- acusó a los Urcuyu de corrupción. Pena que no destapó cuál es esa corrupción, por secreto profesional. Peca la voxera de inocencia, porque cualquiera de su partido la puede destapar. Asignatura pendiente. Así y todo reveló que los peneuvistas presionaron lo habido y por haber para que la cesaran: la presión fue principalmente sobre Rajoy, a la sazón, entonces, presidente del Gobierno. Luego los peneuvistas dejaron a Rajoy con el culo al aire, como se vio de manera palpable, no el culo sino la traición.
En fin, todavía queda un último momento, hasta el 23. El ciudadano Rivera y el podemita de extrema izquierda, elPabloManué, todavía andan lanzando la cuerda para ver si Sánchez se agarra a ella. Pero, parece que no. Sánchez no ha hecho caso a la propuesta -electoralista de Rivera-, que, por cierto, en diferentes términos, pero con prácticamente igual contenido y fondo, es la misma que hizo Casado hace meses.
El Rey no ha querido implicarse en todo este batiburrillo y no ha visto a ningún candidato con mayoría suficiente como para presentarlo a la investidura. Tampoco ha hecho caso, afortunadamente, a la trampa en la que quería hacerlo caer el malvado podemita, cuando le pidió su mediación. El Rey ha salido airoso del envite y ha mantenido la neutralidad, y eso es lo que ha querido que se vea.
Sánchez, por su parte, tan contento. Según las encuestas obtendrá más diputados, y a correr. Lo que sí ha hecho de manera descarada abriendo la campaña electoral, es culpar de todo a los demás. A su socio preferido, elPabloManué -un partido de izquierdas- y a los dos de la derecha, laPepé y Ciudadanos. Él nunca tienen la culpa de nada. Cara dura sí que tiene, y mucha.

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