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lunes, 21 de octubre de 2019

El nazi dará otro Golpe tras el 10N

Es que eso es jugar con ventaja, lo que, al fin y a la postre, es hacer trampas. Eso lo sabe hacer muy bien Sánchez. Y copiar. En cuanto que se enteró de que el pepero Casado iba a viajar a Barcelona echó mano del Falcon, sus gafas de sol de Kennedy y emprendió raudo el vuelo hacia la Ciudad Condal. Visitó a los policías heridos en las insurrecciones pasadas y se volvió a casa, que había cocido para comer. Dentro de lo malo, o de lo bueno, no se dignó visitar al nazi xenófobo presidente de la Generalidad. ¡Solo habría faltado!
El que se quedó como "atontao" fue Casado, que quiso visitar a los policías y no le permitieron ni pasar de las vallas del perímetro de seguridad. Ahí es donde entra la trampa y el engaño de Sánchez. Porque el pepero tenía el permiso de la delegada del Gobierno en Cataluña, en concreto de laseñá, Cunillera, para entrar y solidarizarse con los policías, pero al llegar a la zona, muy amablemente, le comunicaron los mandos policiales que el permiso se había revocado. Y, hombre, no es eso. Que no deja de ser el jefe de la oposición, libre de toda sospecha de tratar de introducir cualquier bulto que pudiera causar la alarma.
Sánchez le debe una explicación a Casado, y una disculpa. Porque si desde la Delegación de Gobierno en Cataluña -objetivo primordial de los independentistas salvajes- se le había dicho que sí que podría entrar a esas instalaciones estatales, no es cuestión de prohibírselo una vez que ya está allí, de cuerpo presente, acompañado de la portavoz pepera en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo. Por cierto, esta también sufrió los embates de los que se dicen ellos mismos independentistas pacíficos y se enfrentó, en jarras, a unos miserables y cobardes estibadores del puerto, que le desearon que se muriera. ¡Qué otra cosa se podía esperar de estos independentistas pacíficos y demócratas, además de barriobajeros y groseros!
Bueno, pues, nada, a seguir con la insurrección, que no son dos días, que llevan una semana destrozando la Ciudad Condal y el resto de capitales de provincias catalanas. Y va Sánchez y lo primero que hace al llegar es llamar por teléfono a la podemita laPescadera, alcaldesa de Barcelona, para solidarizarse con ella y con todos los ciudadanos catalanes por las algadaras callejeras, la violencia pura y dura de los indepes, por los pillajes, o, como dice el ministro por las alteraciones de orden público. ¡Qué no tendrá alterado el ministro Marlaska! ¡Desde que se fue a comer hamburguesas a Chueca mientras los indepes hacían arder la calles de Barcelona y trataban de derribar un helicóptero policial, algo se ha trastocado en el socialista. La ducha mañanera no lo limpia, ni lo hace brillar, ni mucho menos le da esplendor.
Mientras tanto, el neandertal de la Generalidad ya les ha hecho llegar a los delincuentes indepes presos por el Golpe de Estado que "tranquis", que todo está controlado. En cuanto que se pasen las elecciones del 10N iniciará los trámites para ponerlos en libertad. Es decir, que no van a llegar presos a Navidad. Él tiene las llaves de las prisiones. Se las regaló el Tribunal Supremo, la Sala II, presidida por el juez Marchena, que nos engañó a todos, pero principalmente a Casado, a los peperos. Presumían, los muy incautos, de que el juez Marchena era de los suyos. No sabían, entonces, que cuando se referían a los suyos eran los otros.

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