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domingo, 13 de octubre de 2019

La gratuidad de un Golpe de Estado

O sea, que lo que se dice violencia violencia sí hubo en el Golpe de Estado de los independentistas-delincuentes-catalanes. Aunque, parece ser, según el Tribunal Supremo, que no la suficiente como para que los presos sean condenados por rebelión. Es decir, que la señora no estaba embarazada, porque solo lo estaba a la mitad. Tampoco se especifica, al parecer, en la sentencia que conoceremos muy probablemente este lunes, hasta dónde tendría que haber llegado la violencia: si cinco manifestaciones violentas más, seis secuestros de comitivas judiciales que se escapen por las terrazas o, puestos en los peor, un número indeterminado de muertos.
La Sala Segunda del Tribunal Supremo que juzgó a los golpistas catalanes se ha arrugado. O, quizá más bien, algunos magistrados han impuesto sus criterios a Marchena y demás. El caso es que todo el Tribunal, por unanimidad, ha seguido las tesis de las abogadas del Estado en cuanto que el delito de los golpistas es de sedición y malversación de fondos. Justo lo que decía el Gobierno de Sánchez. Pues para mí que las abogadas del Estado hicieron bastante el ridículo durante el desarrollo del juicio oral. Tómenselo como quieran.
Pero, tras las filtraciones interesadas a la prensa del resultado de las deliberaciones de los magistrados y lo que parece que va a ser la sentencia, la cosecha está recogida. Y pese a lo de que el toro es toro hasta el rabo, o lo que es lo mismo que la sentencia no es firme hasta que esté firmada por todos los magistrados, como decía Marchena, la suerte está echada.
La buena suerte para los delincuentes, que van a ver disminuidas sus penas, en algunos casos, hasta en un cincuenta por ciento. Que no es lo mismo la rebelión que la sedición, aunque a esta última se le acople lo del robo del dinero público para fines particulares, porque, al fin y al cabo, eso fue lo que hicieron los delincuentes, adueñarse de un dinero público y disponer de él como les vino en gana. Así y todo, ya digo, pueden estar contentos los reos.
Algún día nos enteraremos, o no, de los "tejemanejes" de todo este Golpe de Estado, desde el momento mismo en que se llevó a la práctica, hasta que los delincuentes han sido juzgados y la sentencia que se avecina. Porque no sólo es que se haya calibrado a la baja el delito de sedición por rebelión. Es que ni puñetero caso a los argumentos de los fiscales, a los que se va a ignorar hasta para la aplicación de las penas. El Supremo ha ridiculizado a la Fiscalía.
Los fiscales pidieron que la sentencia fuera por rebelión, sedición y malversación de dineros públicos y que se recogiera en la misma condenatoria que los delincuentes no pudieran salir de prisión -lo que se conoce como el tercer grado- si antes no habían cumplido, al menos, la mitad de la condena.
Pues, ni una cosa ni la otra. No hay delito de rebelión, ni exigencia de cumplimiento de la mitad de condena para obtener el tercer grado. Así que en nada, -ya lo decíamos con el ejemplo del primogénito de Yordi Pujjjol- en cualquier momento nos encontramos por la mañana con los golpistas por la calle, deseándonos los buenos días e insistiendo en que lo volverán a hacer, que es que esto les está saliendo prácticamente gratis.

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