La venganza del Tribunal Supremo en la sentencia contra
los golpistas catalanes no lo fue contra ellos. Ni por asomo. El Supremo les
regaló a los delincuentes un billete de lotería trucado, con premio seguro, sin
tener que jugárselo. La venganza del Tribunal lo fue sobre la Fiscalía, sobre los cuatro fiscales que
mantuvieron desde el principio que en los hechos golpistas había habido
violencia, por tanto centraron la acusación en la rebeldía de los indepes
juzgados. Desde el principio fueron coherentes los fiscales y demostraron que,
realmente, había existido violencia. Por tanto, cabía la rebelión, la sedición
y la malversación de fondos públicos.
El Tribunal,
presidido por Marchena no lo vio
así. Tampoco vio, o más bien desoyó la petición de los fiscales sobre el cumplimiento
de las condenas: que los reos no tuvieran privilegios hasta cumplidas la mitad
de las condenas. Como decíamos ayer, el Tribunal, ni puto caso. Sí que atendió
perfectamente a los requerimientos de la Abogacía
del Estado, a quien Sánchez
obligó a cambiar la acusación de rebelión –como mantenía con los fiscales- por
la de sedición. De rebelión a sedición, se redujeron en casi la mitad –en
algunos casos, algo más- las penas de la sentencia.
Con ello, y con
la permisión del Supremo de que sea la Generalidad de Cataluña la que conceda
los privilegios penitenciarios, en pocos meses veremos a varios presos
excarcelados, si no es antes de lo que les correspondería. No olvidemos que el
loco que preside la Generalidad se convierte desde este momento en el amigo
guardián de los golpistas. Y Sánchez, pese a que ha incidido en que los presos
cumplirán las penas en su integridad, poco o muy poco podrá hacer para
impedirlo; tampoco le interesa.
Todo ello viene
a cuento de la reacción, moderada por cierto y de momento, de los fiscales, no
sólo de los que intervinieron en el juicio, sino de todos los fiscales de
España, a los que la Sala Segunda del Tribunal Supremo, presidida por Marchena
ha ignorado por completo en las personas de los cuatro que participaron en el
juicio y de los que no ha recogido nada favorable. Los fiscales están
"muquemaos" y han anunciado que hablarán en su momento, no es este el
más idóneo. Sí que han adelantado que la sentencia de los siete magistrados ha
sido algo así como un encaje de bolillos.
Bien,
esperaremos con impaciencia a que los fiscales se pronuncien. Será interesante
lo que tengan que decir los fiscales. Pero, quien de momento no la ha “piao” ha
sido el juez instructor, el sufrido Llarena,
quien también mantenía la acusación por rebelión. Este, al menos, ha podido
emitir de nuevo la orden europea de captura contra elPuchi, aunque ahora ha tenido que ser por sedición y malversación
de fondos públicos. Otro, el juez instructor, al que el Supremo no ha hecho ni
caso, y eso que ha sido el propio Llarena el que ha sufrido junto con su
familia la violencia de los indepes. Una víctima más de la revolución de las
sonrisas.
Pero, claro, los
indepes no ejercen la violencia, según el Supremo. Los indepes sólo sonríen y
son demócratas. Algo de violencia sí reconocen los magistrados, pero no mucha.
¡Qué va! Como en el día de ayer. Tampoco ejercieron la violencia. Sobre todo en
el aeropuerto de Barcelona, con más
de cien vuelos cancelados, en los cortes de vías de tren y de carreteras. Eso
solo es un poco de violencia. Lo demás son sonrisas, de la revolución. Como las
de esta tarde frente a la comisaría de la Policía
Nacional en Barcelona. Un poquitín de violencia, pero nada más.
O como la
agresión que sufrió una señora, entrada en años, en Tarragona. Sólo por llevar un pañuelo con los colores de la bandera
española y decirle a los indepes que estaban pisando suelo español. ¡Pues
claro! Si no están a gusto, que se vayan. Un asqueroso escarolo le arreó tal
codazo o puñetazo, o todo junto, que tumbó a la pobre señora, mientras el
indepe valiente se dio a la huida. Es normal, entre estos cobardes, lo de la
huida, que como buen paradigma tiene a elPuchi.
La poli ya ha detenido al agresor, que será de los que se quejan de las cargas
de los antidisturbios. De este sí que no se puede decir que utilizó la
violencia. O acaso fue una forma de sonrisa.
Por cierto, ya
que nos hemos referido al paradigma, el payaso de elPuchi, le han prohibido a este la entrada a cualquier institución
o dependencia del Parlamento Europeo. Es un prófugo, de la Justicia española. A ver
si se van enterando los belgas, “amejillonaos” y “patateaos”. Hay más cosas en
la vida.
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