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martes, 15 de octubre de 2019

La venganza del Supremo


La venganza del Tribunal Supremo en la sentencia contra los golpistas catalanes no lo fue contra ellos. Ni por asomo. El Supremo les regaló a los delincuentes un billete de lotería trucado, con premio seguro, sin tener que jugárselo. La venganza del Tribunal lo fue sobre la Fiscalía, sobre los cuatro fiscales que mantuvieron desde el principio que en los hechos golpistas había habido violencia, por tanto centraron la acusación en la rebeldía de los indepes juzgados. Desde el principio fueron coherentes los fiscales y demostraron que, realmente, había existido violencia. Por tanto, cabía la rebelión, la sedición y la malversación de fondos públicos.

El Tribunal, presidido por Marchena no lo vio así. Tampoco vio, o más bien desoyó la petición de los fiscales sobre el cumplimiento de las condenas: que los reos no tuvieran privilegios hasta cumplidas la mitad de las condenas. Como decíamos ayer, el Tribunal, ni puto caso. Sí que atendió perfectamente a los requerimientos de la Abogacía del Estado, a quien Sánchez obligó a cambiar la acusación de rebelión –como mantenía con los fiscales- por la de sedición. De rebelión a sedición, se redujeron en casi la mitad –en algunos casos, algo más- las penas de la sentencia.
Con ello, y con la permisión del Supremo de que sea la Generalidad de Cataluña la que conceda los privilegios penitenciarios, en pocos meses veremos a varios presos excarcelados, si no es antes de lo que les correspondería. No olvidemos que el loco que preside la Generalidad se convierte desde este momento en el amigo guardián de los golpistas. Y Sánchez, pese a que ha incidido en que los presos cumplirán las penas en su integridad, poco o muy poco podrá hacer para impedirlo; tampoco le interesa.
Todo ello viene a cuento de la reacción, moderada por cierto y de momento, de los fiscales, no sólo de los que intervinieron en el juicio, sino de todos los fiscales de España, a los que la Sala Segunda del Tribunal Supremo, presidida por Marchena ha ignorado por completo en las personas de los cuatro que participaron en el juicio y de los que no ha recogido nada favorable. Los fiscales están "muquemaos" y han anunciado que hablarán en su momento, no es este el más idóneo. Sí que han adelantado que la sentencia de los siete magistrados ha sido algo así como un encaje de bolillos.
Bien, esperaremos con impaciencia a que los fiscales se pronuncien. Será interesante lo que tengan que decir los fiscales. Pero, quien de momento no la ha “piao” ha sido el juez instructor, el sufrido Llarena, quien también mantenía la acusación por rebelión. Este, al menos, ha podido emitir de nuevo la orden europea de captura contra elPuchi, aunque ahora ha tenido que ser por sedición y malversación de fondos públicos. Otro, el juez instructor, al que el Supremo no ha hecho ni caso, y eso que ha sido el propio Llarena el que ha sufrido junto con su familia la violencia de los indepes. Una víctima más de la revolución de las sonrisas.
Pero, claro, los indepes no ejercen la violencia, según el Supremo. Los indepes sólo sonríen y son demócratas. Algo de violencia sí reconocen los magistrados, pero no mucha. ¡Qué va! Como en el día de ayer. Tampoco ejercieron la violencia. Sobre todo en el aeropuerto de Barcelona, con más de cien vuelos cancelados, en los cortes de vías de tren y de carreteras. Eso solo es un poco de violencia. Lo demás son sonrisas, de la revolución. Como las de esta tarde frente a la comisaría de la Policía Nacional en Barcelona. Un poquitín de violencia, pero nada más.
O como la agresión que sufrió una señora, entrada en años, en Tarragona. Sólo por llevar un pañuelo con los colores de la bandera española y decirle a los indepes que estaban pisando suelo español. ¡Pues claro! Si no están a gusto, que se vayan. Un asqueroso escarolo le arreó tal codazo o puñetazo, o todo junto, que tumbó a la pobre señora, mientras el indepe valiente se dio a la huida. Es normal, entre estos cobardes, lo de la huida, que como buen paradigma tiene a elPuchi. La poli ya ha detenido al agresor, que será de los que se quejan de las cargas de los antidisturbios. De este sí que no se puede decir que utilizó la violencia. O acaso fue una forma de sonrisa.
Por cierto, ya que nos hemos referido al paradigma, el payaso de elPuchi, le han prohibido a este la entrada a cualquier institución  o dependencia del Parlamento Europeo. Es un prófugo, de la Justicia española. A ver si se van enterando los belgas, “amejillonaos” y “patateaos”. Hay más cosas en la vida.   


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